Reseña: “Imperio” – ¿Un nuevo Manifiesto Comunista?

Imperio; por Michael Hardt y Antonio Negri, Editorial Record, 2001

Hay pocos libros de teoría política que hayan recibido una publicidad tan grande como Imperio, escrito por Michael Hardt y Antonio Negri (Hardt & Negri). Publicación que fue descrita como "neo marxista" y también como el "nuevo Manifiesto Comunista".

Ed Vuilliamy escribió en The Observer (15 de julio de 2001): "Un libro imprescindible escrito por un académico de izquierda y un prisionero italiano que esta fascinando a América". "El libro rehabilita la palabra comunismo".

Este libro de 500 páginas, sin embargo, no es un Manifiesto Comunista para el siglo XXI, ni tampoco un trabajo que analice seriamente el capitalismo global y sus contradicciones. Los autores prometen mucho más de lo que realmente ofrecen y, cuando dicen seguir los pasos de Karl Marx, terminan por perder el contacto con la realidad.

¿Un Imperio sin un centro?

El punto de partida es que "El imperio se esta materializando frente a nuestros ojos. En las ultimas décadas, comenzando por el periodo en que los regímenes coloniales fueron derrumbados, y después a un ritmo más veloz, cuando cayeron las barreras soviéticas para mercado del capitalismo mundial, venimos asistiendo a una globalización irresistible e irreversible, de cambios económicos y culturales" (Prefacio, p.11). Esto, a su vez, significa que "la soberanía toma nueva forma, compuesta por una serie de organismos nacionales y supranacionales, unidos por una lógica o regla única. Esta nueva forma global de economía es lo que llamamos Imperio". (Prefacio, p.12). Dos paginas después concluyen que "el imperialismo acabó" (Prefacio, p.14), y que ningún Estado-nación, como los EE.UU. "ocuparan la posición de liderazgo mundial que las avanzadas naciones europeas un día ocuparon" (Prefacio, p.14). Un comentario sorprendente, dado que los EE.UU. son la única superpotencia restante y su posición con relación a sus dos rivales capitalistas (los estados de la Unión Europea y Japón) se fortaleció en el curso de los últimos 10 años. De hecho, nunca en la historia una fuerza ocupó tal posición dominante en el ámbito militar, diplomático y económico. El imperialismo de los EE.UU. controla aproximadamente un tercio de la producción mundial, mientras que en los años 80 controlaba el 22%.

La dominación del imperialismo de los EE.UU. en términos militares es aun más chocante. Los EE.UU. no poseen ningún rival real en equipamiento militar de alta tecnología. En palabras recientes de un comentarista: "Algunos años atrás los EE.UU. eran responsable de aproximadamente el 36% de todo el gasto mundial en Defensa; su fuerza ahora probablemente es cercana al 40%, si es que no mas… Nada así ha existido antes, con tal disparidad de poder: nada. He revisado todas las estadísticas comparativas de gastos en defensa y de personal militar a lo largo de los últimos 500 años y ninguna nación se aproxima a esto. La Pax Británica aparece extremadamente barata, el ejercito británico era mucho menor que los ejércitos europeos y además la Marina Real era equivalente solo a las dos marinas próximas -actualmente la combinación de todas las marinas no alcanza la supremacía marítima norteamericana. El imperio de Carlomagno tuvo alcance solamente en la Europa occidental. El Imperio Romano cubrió un campo mayor, pero existía otro gran imperio en Persia y uno mayor en China. A pesar de todo, no hay comparación" (Paul Kennedy, London Financial Times, 2 de febrero de 2002).

El poder y la influencia del imperialismo de EE.UU. son, de muchas formas, mayor que el de los poderes coloniales europeos a finales de siglo XIX, cuando la dominación del imperialismo británico fue minada por el rápido desarrollo del capitalismo alemán y el surgimiento del imperialismo de EE.UU. Negar el papel dominante del imperialismo norteamericano hoy, es negar la realidad.

De acuerdo a los autores de Imperio: "Nuestra hipótesis básica de que una nueva forma imperial con supremacía ha surgido, contradice las teorías que describen a EE.UU. como la única superpotencia, quien simplemente se vistió con el control del poder global dejado caer por los países europeos" (Prefacio, p.13). Los Estados Unidos no son, y ningún otro Estado-nación podrá ser, el centro de un nuevo proyecto imperialista. El imperialismo acabó. Ningún país ocupara la posición de liderazgo mundial que un día ocuparon las avanzadas naciones europeas." De hecho, los Estados Unidos ocupan una posición privilegiada en Imperio, pero ese privilegio no trata las semejanzas con las antiguas potencias imperialistas europeas, sino las diferencias con relación a estas. "Estas diferencias pueden ser reconocidas -claramente- concentrando la atención en los fundamentos propiamente imperiales (no imperialistas) de la constitución de Estados Unidos. Entiéndase aquí tanto la constitución formal, el documento escrito -con sus enmiendas y su aparato legal- como también la constitución material, o sea, la formación y reformación continua de la composición de fuerzas sociales" (prefacio, p.13-14). La implicancia de esto es que las respuestas para saber a cual estadio entro el capitalismo mundial serán encontradas en las ideas imperiales que hay detrás de la constitución norte-americana y, que los EE.UU. no pueden ser descritos como un Estado-nación. "Esa concepción imperial (de los autores de la constitución de EE.UU.) sobrevivió y maduro a lo largo de la historia de la constitución norteamericana, y surgió ahora a escala global, en su forma plenamente desarrollada" (Prefacio, p.14).

Pero, ¿en que momento de la historia un nuevo orden global fue formado debido a ciertas ideas imperiales detrás de una constitución? Esta noción es puramente abstracta e idealista. Mas adelante en el libro los autores intentan modificar su posición, cuando afirman que los EE.UU. son la única superpotencia restante "que detenta la hegemonía sobre el uso global de la fuerza, una superpotencia que puede actuar sola pero que prefiere hacerlo en colaboración con otros, bajo el paraguas de Naciones Unidas" (p.331). La ultima afirmación, sin embargo, es una exageración, los EE.UU. quieren tener el control y la llamada colaboración es dentro de las condiciones dictadas por el imperialismo de EE.UU. Luego de la guerra de la OTAN contra la Yugoslavia de Milosevic en 1999, cuando otros países en el cuartel general de la OTAN aun tenían influencia en las acciones de guerra, el Pentágono concluía: "Nunca deberíamos hacer esto nuevamente". Desde entonces los EE.UU. actúan "como si una noticia dada por el Pentágono fuese una encíclica papal… El machismo actual de Donald Rummsfeld, Secretario de Defensa norteamericano, afirma que EE.UU. debe siembre definir sus propios intereses y actuar por ellos sin ser restringido por coaliciones o alianzas" (The Times, 12 de junio de 2002).

La guerra contra Afganistán reforzó la idea de que solo EE.UU. puede dictar los eventos mundiales y del que "o estas con nosotros o contra nosotros". "Los EE.UU. están en un momento egocéntrico", destaco la revista alemana Der Speigel, después del discurso a la nación del presidente George W: Bush en enero del 2002.

EE.UU.: superpotencia militar y económica

Basados en la superioridad militar y económica, EE.UU. puede intervenir decisivamente en ciertas situaciones, como lo hizo en la Guerra del Golfo en 1999-91 y en Afganistán. Pero, al mismo tiempo, EE.UU. no es lo suficientemente fuerte como para mantener una estabilidad internacional o garantizar el desarrollo sustentable de la economía capitalista mundial. Y es que no existe orden mundial en ese "nuevo orden mundial" proclamado por George Bush padre en 1991.

El imperialismo de EE.UU. exhibe hoy la arrogancia del poder. Retornando al viejo dictado: "Lo que es bueno para los EE.UU. es bueno para el resto del mundo". Esta política, esta claro, será minada por una inminente crisis del capitalismo global, revueltas de masas de los pobres y la clase trabajadora, y la creciente discordia entre los campos imperialistas.

Imperial e imperialismo no es solo una cuestión de terminología o meras distinciones intelectuales. La cuestión no es llamar o no a EE.UU. el "imperio americano". La diferencia del Imperialismo Británico, el cual dominó la escena mundial a fines del siglo XIX, con el imperialismo de los EE.UU. es que este ultimo no posee ninguna colonia. El imperialismo norteamericano ha preferido ejercer poder e influencia a través de marionetas locales. Este es un rasgo del imperialismo desde 1945, cuando la dominación colonial directa fue sustituida por el neo-colonialismo. Es por eso que todavía tiene sentido describir la posición y las acciones del imperialismo de EE.UU. hoy, en su naturaleza, como "un imperio americano".

Pero esto es algo diferente a lo que los autores de Imperio tienen en mente. Si aceptáramos las conclusiones sacadas en el libro, entonces el mundo habría alcanzado un estadio donde rivalidades, antagonismo y competencia entre diferentes naciones o bloques capitalistas dejarían de existir y, como consecuencia, los conflictos, incluso armados, entre naciones estarían superados, y haya surgido algún reino de paz. De hecho, el Imperio – de acuerdo con Hardt & Negri- es un estado de crisis casi permanente; "entramos en la era de los conflictos menores e internos. Toda guerra imperial es una guerra civil, una acción policial (…) Hoy es cada vez más difícil para los ideólogos de EE.UU. señalar a uno solo y unificado enemigo, al contrario, parece haber enemigos menores y esquivos en todas partes. El fin de la crisis de la modernidad dio origen a una proliferación de crisis menores e indefinidas o, como preferimos llamar, a una onicrisis" (p.209). Y hay cierta verdad en esta afirmación.

Desde el 11 de septiembre (11S), el imperialismo de EE.UU. comenzó a utilizar términos tales como "guerra prolongada contra el terrorismo" o "estados criminales" para promover sus intereses internacionales. De la misma manera como uso un lenguaje como; "lucha contra el comunismo" o "imperio del mal", con el propósito de promover los intereses imperialistas de EE.UU. durante la "Guerra Fría".

La campaña por "proteger la tierra natal" lanzada recientemente por el presidente Bush, demuestra como la presente administración intenta unificar a la nación contra una amenaza o un enemigo especifico. Esto no funcionará por un periodo muy prolongado. El inicio del siglo XXI no es como el periodo entre 1945-1990, cuando el mundo estaba dividido entre dos bloques antagonistas -imperialismo y estalinismo.

"Guerra contra el Terrorismo"

La "Guerra contra el Terrorismo", fue usada para reafirmar el poder del imperialismo de EE.UU., para superar el síndrome de Vietnam y para implementar nuevas leyes represivas. La popularidad de Bush luego comenzará a revertirse; cuando la dolencia del capitalismo de EE.UU. y sus instituciones políticas corruptas queden bajo fuego cerrado y cuando la arrogancia y sed de poder del imperialismo de los EE.UU. tengan el efecto opuesto.

Mientras tanto en la actualidad, cuando la administración de los EE.UU. esta bajo presión, se habla de un inminente ataque terrorista. Y junto a eso, la "guerra contra el terrorismo" es usada como medio para expandir la influencia de los EE.UU., estableciendo nuevas bases militares y abriendo nuevas áreas de inversión en la antigua URSS y también, por ejemplo, en América Latina. El juego que los americanos están jugando (en la región próxima al Mar caspio) es una de las mayores apuestas que esta teniendo lugar. Lo que ellos están intentando hacer es lograr el mayor alcance, hacia una nueva esfera de influencia, desde que EE.UU. se instalara en Medio Oriente hace 50 años atrás. El resultado puede ser el comprometer décadas, en que los EE.UU. estarán expuestos a la amenaza de incontables guerras y peligros" comento la revista Business Week el 27 de mayo del 2002. Esta expansión inevitablemente desafiará a otros poderes en la región. Este es el imperialismo clásico y el propio EE.UU. se preocupa de fantasear sus políticas y acciones fingiendo que lo están haciendo a favor de la "comunidad internacional" o alguna otra causa similar.

Tensiones entre Pakistán e India por Cachemira, el potencial de una nueva guerra en Medio Oriente y el enorme número de conflictos en África ilustran como las acciones del capitalismo y del imperialismo abren camino hacia un círculo vicioso de guerras, terror y guerras civiles. Estos conflictos no pueden simplemente ser descritos como de "menor importancia" o "locales". Lamentablemente el libro repite otro mito post-modernista de que las "viejas guerras" entabladas entre naciones están superadas.

Sentimientos antiimperialistas y crecientes tensiones dentro del bloque imperialista están ascendiendo en la medida en que el imperialismo de EE.UU. intenta expandir su poder, influencia y dominación a costa de otros. Esto, a su vez, hace imposible cualquier tipo de estabilidad o equilibrio en el nuevo orden mundial. De hecho, es el opuesto a lo que en Imperio se dice.

En Imperio no se toma en cuenta que luego del colapso del estalinismo, que servia como un pegamento que aseguraba cohesión a los países imperialistas, tal lazo ya no existe. La época actual esta caracterizada por crecientes rivalidades dentro de los campos imperialistas, lo que incluye el resurgir del nacionalismo, populismo de derecha y proteccionismo, en la medida en que las diferentes clases capitalistas actúan para defender sus intereses.

Los autores, siguiendo con la errada suposición de que el Estado-nación esta muerto, no aportan nada, a parte del desprecio, a la lucha para alcanzar la liberación democrática nacional. Como si existiera diferencia entre el nacionalismo de los oprimidos y el de los opresores. Sintomáticamente, el capitulo que trata de la lucha democrática nacional es llamado "El Regalo envenenado de la Liberación Nacional" (p.149). La lucha de los palestinos, de los Kurdos o de Cachemira, en Imperio es considerada muerta. Los autores no reconocen que la lucha de las masas para terminar con la opresión del imperialismo, por una genuina liberación nacional, puede ser un puente rumbo a la revolución socialista; que la lucha contra el imperialismo en el mundo neo-colonial, se puede expresar en la lucha por la verdadera independencia. La liberación nacional es una característica importante en la lucha global contra el capitalismo y el imperialismo, y debe ser apoyada por los socialistas y anticapitalistas.

¿Compañías trasnacionales "sin hogar"?

Los autores también aceptan el viejo mito post moderno que afirma que vivimos en un mundo sin fronteras controlado por compañías multinacionales "sin hogar". Si el imperialismo esta muerto, entonces una forma totalmente nueva de capitalismo necesita haber sustituido al capitalismo monopolista.

Es verdad que el sector de servicios emplea a más personas que la industria y que su cuota en la economía creció a lo largo de los años. Pero el hecho de que el número de trabajadores industriales haya disminuido no expresa toda la historia. Debido a un crecimiento en la productividad, las industrias de EE.UU., ahora producen el doble con el mismo número de trabajadores que existía en 1973. Pero la producción industrial o manufacturada todavía ocupa un papel clave en cualquier economía moderna y cada empleo en la manufactura genera entre cuatro y cinco empleos en el sector de servicios. Se estimó que casi 45.000 empleos podrían perderse si la enorme fabrica de vehículos Rover de Longbridge en Birmingham (Inglaterra) hubiese cerrado en el año 2000. "De los 4.000 y 5.000 empleos que se esperan perder en Longbridge, se calcula que esto afectaría a otro numero de entre15.000 y 20.000 trabajadores de las compañías de abastecimiento. Se espera que desaparezcan otros 5.000 empleos desde los negocios locales, hasta tiendas y locales de revistas. Además están amenazados otros 15.000 empleos de entre los vendedores de Rover" (The London Times, 5 de abril del 2000). Esta es solo una manera de describir la importancia de la manufactura, y las interacciones e interdependencias de los servicios y de la industria. Estamos lejos de una sociedad "sin cables" basada en "trabajo inmaterial". Además de señalar a la manufactura como ya superada, los autores cometen un error peor al desechar a la clase trabajadora y particularmente a la clase trabajadora industrial.

Luego de reducir a la clase trabajadora, los autores, siguiendo la moda, inventan una nueva fuerza social llamada "obrero social", que lucha por todo el pueblo, "democracia absoluta en acción" (p.434). O las muchas promesas de que la multitud se irá a revelar y su revolución será bien hecha porque "La militancia actual (¿en contraste con la del pasado?) es positiva, constructiva e innovadora" (p.436). "Esa militancia hace de la resistencia un contrapoder y de la rebelión un proyecto de amor" (p.437).

El "obrero social"

Imperio usa el mundo "imperial" para describir una nueva forma de capitalismo -una sociedad post industrial basada principalmente en servicios. "La transición hacia una economía de la información" (p.310) -tal como Hardt & Negri describen- donde el trabajo se torna crecientemente "inmaterial" y donde hay un nuevo tipo de obrero; "el obrero social" u "obreros socializados". En los años 70, Negri ya formulo la teoría de una nueva clase trabajadora compuesta por el "obrero social". Un comentarista -en simpatía con Negri- afirmó que la correcta traducción debería ser la de "obreros difusos". De cualquier modo, se esperaba que el "obrero social" se trasformaría en la nueva fuerza revolucionaria de la sociedad, superando el papel de la vieja clase trabajadora industrial. Ésta, supuestamente, estaba bajo el control de los sindicatos y ya no seria capaz de estar al de frente de lucha.

Negri argumentaba a inicios de los años 80 que una generación sin memoria es, por consiguiente, más revolucionaria. "…Los jóvenes de Zurich, los proletarios napolitanos y los trabajadores Gdansk no necesitan de memoria… Transiciones comunistas son ausencia de memoria" (citado en Stormin Heaven, por Steve Wright pp. 174-75). ¿Pero que movimiento que se propone la tarea de transformar la sociedad podría alcanzar esto sin extraer las lecciones del pasado y basarse en las tradiciones y experiencias anteriores o concepto de memoria? "Aquellos que no consiguen recordar el pasado, están condenados a repetirlo", tal como el poeta y novelista nacido en España, George Santayana, destaco.

Negri y otros ofrecieron diferentes justificaciones teóricas para apoyar la idea de un "obrero social". Y fue dicho que el estudio del libro "Grundrisse" de Karl Marx, llevó a Negri a la idea de "obrero social" -todo trabajo se torna productivo, en la medida en que el proceso de socialización prosigue bajo el capitalismo. Negri argumenta que la nueva clase trabajadora esta, principalmente, produciendo trabajo intelectual (Grundrisse fue publicado por Marx, pero es una serie de anotaciones compiladas en un libro publicado a inicios de los años 40).

El hecho de que cada vez más sectores de los trabajadores, en la actualidad, estén envueltos en la producción de plusvalía no significa que el trabajo se torno inmaterial o que -tal como escribe Negri & Hardt- "pone en cuestionamiento la vieja noción (común a la economía clásica y la economía política marxista) según la cual la fuerza de trabajo es concebida como capital variable, es decir, una fuerza activada y hecha coherente solo por el capital, porque los poderes cooperativos de la fuerza de trabajo (particularmente la fuerza de trabajo inmaterial) dan al trabajo la posibilidad de que se valorice" (p.315).

Las conclusiones políticas sacadas por Negri en los años 70 – luego que la clase trabajadora italiana había fallado en la toma del poder y a pesar de años de lucha determinada que, hasta cierto punto, llego a alcanzar un nivel mayor que el de Francia durante los tormentosos eventos de 1968 – fueron erradas en aquel periodo y hasta el día de hoy no han sido probadas. Estas ideas se tornan aun más confusas y contradictorias en las páginas de Imperio.

La fuerza de lo que es llamado la multitud es, de hecho, una debilidad del movimiento. La multitud es descrita por no hablar un lenguaje común (la lucha hoy es "incomunicable" de acuerdo con Hardt & Negri), las fuerzas están dispersas, no actúan como fuerza colectiva, carecen de organización y un programa. Sin embargo este agente es descrito como una fuerza poderosa que no puede ser barrida. Al final del libro, los autores repiten que la multitud aun no esta organizada como una fuerza política, además: "La organización de la multitud como sujeto político, como poder, comienza por tanto a aparecer en la escena mundial. La multitud es autoorganización biopolitica" (p.434). "El único evento que aun estamos esperando es la construcción, o mejor la insurrección, de una poderosa organización. La cadena genética es formada y establecida en ontología, el andamio es continuamente construido y renovado por la nueva productividad cooperativa, y de esa manera esperamos solo la maduración del desarrollo político de su poder… No disponemos de ningún modelo a ofrecer para este evento. Solo la multitud, por la experiencia practica, ofrecerá los modelos y determinara cuando y como lo posible se torna real" (p.435). En cierto momento las ideas consideradas se tornan ridículas. Al negar el hecho de que los oprimidos expresaran su poder a través de la acción colectiva y no "a través de la deserción y del éxodo", ellos pasan a hablar de la emergencia de una "nueva horda nómada, una nueva raza de bárbaros, se levantara para invadir y deponer el Imperio" (p.233)!

Visión estática y rígida de la lucha de clases

Los autores poseen una visión muy estática y rígida al considerar el impacto de la lucha y su ímpetu. La lucha hoy es presentada como "incomunicable", pero la experiencia de las protestas anticapitalistas y su carácter global, es un ejemplo que demuestra lo opuesto. La globalización se desenvuelve en dos caminos. Por un lado; los mercados para el capital, mercancías y servicios están más integrados que nunca. Pero, por otra parte, la globalización lleva a una tendencia de sincronización mucho mayor de los flujos y reflujos económicos, de crisis sociales y políticas y de la lucha de clases. Mientras este texto es escrito (19 de junio del 2002), los trabajadores que controlan el transito aéreo, en los aeropuertos de cinco países europeos, se encuentran en huelga. Los trabajadores movilizados están pidiendo el apoyo y la solidaridad de sus hermanos y hermanas, como hemos visto con los trabajadores de la Marks y Spencer francesa, quienes viajaron hasta Londres para protestar contra la reducción de puestos de trabajo. La huelga general de trabajadores italianos contra la "flexibilización del trabajo" en abril del 2002 cumplió un papel importante en la decisión del llamado a huelga general de los sindicatos españoles del 20 de junio (el mismo día inicial de la reunión de la Unión Europea en Sevilla).

Los autores no toman en cuenta que toda gran batalla que es enfrentada fortalece la experiencia y cambia la conciencia y la perspectiva de los trabajadores y de la juventud. Son principalmente los grandes eventos los que ponen las bases para el desarrollo de una conciencia clasista y socialista. Pero el trabajo (campaña, propaganda y agitación) de grupos y partidos socialistas también tienen un papel en el proceso, de cara a la superación de los efectos políticos negativos del colapso del estalinismo y de la traición de los viejos partidos de masas de los trabajadores (los socialdemócratas, los socialistas o los comunistas) y la derechización de las cúpulas del movimiento sindical.

"Considérense las luchas más radicales y poderosas de los últimos años del siglo XX: los eventos de la Plaza Tiananmen, en 1989; la Intifada contra la autoridad estatal de Israel; la revuelta de mayo de 1992 en Los Ángeles; el levantamiento en Chiapas, que comenzó en 1994; la serie de huelgas que paralizaron a Francia en diciembre de 1995, y la que paralizo a Corea del Sur en 1996 (…). Ninguno de estos eventos inspiro un ciclo de luchas, porque los deseos y necesidades que expresaban no podían ser trasladados hacia contextos diferentes" (p. 73).

Aquí no se hace mención a los movimientos que derrumbaron a los regímenes estalinistas, y que estos movimientos desencadenaron una lucha continental por democracia, particularmente en África. Además, todas las luchas mencionadas en Imperio sí tuvieron repercusiones políticas. Por ejemplo, la huelga general en Francia, en 1995, fue un factor crucial en la cadena de eventos que condujeron a la derrota de los partidos tradicionales de la derecha en las elecciones generales de 1997 en este país. Toda lucha mencionada tuvo un impacto global y aun lo tiene en el caso de la lucha de los palestinos. Imperio no toma en cuenta que todas las luchas, desde el colapso del estalinismo y del fin del viejo orden mundial establecido luego de la II Guerra Mundial, aparecen en un terreno político totalmente nuevo.

Efectos del colapso del estalinismo

El colapso del estalinismo tuvo un efecto profundo en la conciencia y en la cohesión política de la clase trabajadora, así como toda una generación de activistas -por todo el mundo- quedaron confusos y desmoralizados. Algunos abandonaron el activismo, otros cambiaron de bando y se convirtieron en enemigos de clase. Este hecho fortaleció la base para la transformación total de los partidos social-demócratas y de un conjunto de antiguos comunistas en formaciones capitalistas. Movimientos guerrilleros de América Central y África terminaron llegando a un callejón sin salida ideológico y político y no vieron otro camino que intentar hacer un acuerdo, sobre las reglas del capitalismo, con la clase dominante.

Esto a su vez abrió camino a una ofensiva de las clases dominantes, las cuales estaban listas para implementar cortes draconianos en los servicios sociales y en la cuota de los trabajadores en el producto interno bruto. A costa de salarios y condiciones de vida, aumentaron sus ganancias, lo que parcialmente explica la razón de que el "boom" de los años 90 se haya prolongado.

Llevará tiempo y experiencia en los eventos y en las luchas, antes de que la clase trabajadora y los oprimidos superen este obstáculo y levanten nuevas organizaciones de masas combativas. La falta de una alternativa política al capitalismo, organizaciones de clase independientes y direcciones combativas son las principales razones por las cuales la globalización aun no resulta en un movimiento que supere las grandes luchas de los años 70 y que levantaron la cuestión de establecer un nuevo orden mundial socialista.

Lenin acerca del Imperialismo

El ascenso del imperialismo representó un nuevo estadio para el capitalismo mundial. En su libro "Imperialismo, fase superior del capitalismo", escrito en 1916, Lenin define las principales características de esta nueva fase en el desarrollo del capitalismo mundial: "La época de la más reciente fase del capitalismo nos muestra que determinadas relaciones entre los grupos capitalistas crecen basadas en la división económica del mundo, mientras que de forma paralela y en conexión con esto, crecen determinadas relaciones entre grupos políticos, entre los estados, sobre la base de la división territorial del mundo, de la lucha por colonias, de la ´lucha por territorio económico´."

Luego, en el mismo libro, Lenin explica: "Si fuese necesario ofrecer la definición mas resumida posible del imperialismo deberíamos decir que el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo. Tal definición incluiría lo principal, pues, por un lado, el capital financiero es el capital bancario de algunos grandes bancos monopolistas fundidos con el capital de los grupos monopolistas de industriales y, por otro lado, la división del mundo es la transición de la política colonial que se extiende sin obstáculos a las regiones aun no apropiadas por alguna potencia capitalista para la política colonial de carácter monopolista en los territorios del globo que ya fueron completamente divididos".

"Pero definiciones muy resumidas, aunque convenientes, pues contienen lo principal, son inadecuadas, ya que trazos muy importantes del fenómeno que es preciso definir deben ser especialmente deducidos. Así, sin ocultar el valor condicional y relativo de todas las definiciones en general, que nunca pueden abarcar todos los aspectos de un fenómeno en su desarrollo completo, debemos dar una definición de imperialismo que incluya los siguientes cinco aspectos fundamentales: 1) la concentración de producción y capital se desarrolla a un grado tan elevado que creó monopolios que desempeñan un papel decisivo en la vida económica; 2) la fusión del capital bancario con el capital industrial y la creación, sobre la base de este "capital financiero" de una oligarquía financiera; 3)la exportación de capital a diferencia de la exportación de mercancías adquiere importancia excepcional; 4) la formación de asociaciones internacionales monopolistas que se dividen el mundo entre sí; 5) la división territorial de todo el mundo entre las mayores fuerzas capitalistas es concluida. El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en que la dominación de los monopolios y del capital financiero se concreta; en la cual la exportación de capital adquirió marcada importancia; en la cual la división del mundo entre trust internacionales comienza; en la cual la división de todos los territorios del globo entre las mayores fuerzas capitalistas termina".

Lo que Lenin analizó fue la fase inicial del imperialismo. Todavía basado en el dominio colonial, pero donde gigantes monopolios comenzarán a desempeñar un papel dominante en la economía mundial. El periodo precedente a la I Guerra Mundial (1870-1914) fue un periodo de rápido crecimiento y de la creación de un mercado mundial. Existían razones económicas, así como políticas, detrás del colonialismo. El colonialismo fue un medio de abrir mercados y de explorar nuevas áreas del mundo y para ganar prestigio y poder en la escena mundial. "La división de todos los territorios del globo entre las mayores fuerzas capitalistas fue terminada", escribió Lenin. Una nueva re-división del mundo, reflejando las relaciones de fuerza reales (el surgimiento del imperialismo de EE.UU. y de Alemania) podría continuar solamente en la senda de crisis económicas, derrotas de la clase trabajadora y de guerras. El periodo entre 1914-1945 fue de guerras, revoluciones, depresión económica y proteccionismo (el comercio mundial entro en colapso en los años 30).

Las consecuencias de la II Guerra Mundial crearon una nueva división del globo. Nadie podría haber previsto el carácter de la II Guerra Mundial y sus consecuencias. Así como nadie pudo haber previsto que los líderes socialdemócratas reformistas y los estalinistas (los partidos comunistas) serian capaces de salvar al capitalismo en Europa y, por tanto, atrasar la revolución socialista en el mundo por décadas.

Relaciones Post II Guerra Mundial

Las nuevas relaciones mundiales creadas como consecuencia de la II Guerra Mundial vieron al imperialismo de los EE.UU. transformarse en la fuerza dominante y suprema en el mundo capitalista y el enorme fortalecimiento del régimen estalinista en la Unión Soviética, que ayudo a establecer el estalinismo en la mitad del territorio de Europa luego que el Ejercito Rojo derrotara a la Alemania nazi.

La división del mundo y la formación de dos superpotencias, los EE.UU. y la Unión Soviética, que lucharían por mantener y expandir sus respectivas esferas de influencia, tendió una sombra sobre todos los grandes eventos internacionales. Esta rivalidad abrió el camino para la disputa por el armamento nuclear, para la mayor construcción militar de la historia y para la Guerra Fría. Bajo una destructora e insana disputa militar se formo un influyente complejo militar-industrial, convirtiéndose en un enorme peso para la sociedad. Este orden mundial finaliza en 1989-90, cuando cae el Muro de Berlín y los regímenes estalinistas entran en colapso.

En el periodo de la post guerra, los grandes movimientos por la independencia nacional y el crecimiento en los gastos de dominación directa llevaron a las fuerzas imperialistas a desistir del colonialismo. El imperialismo colonial fue reemplazado por el neo-colonialismo, una nueva fase o estadio del imperialismo. Los viejos poderes cedieron independencia política, pero mantuvieron el control económico directo e indirecto sobre los antiguos territorios coloniales. Este control económico fue ejercido efectivamente con un crecimiento excepcional del capitalismo monopolista durante 1950-75. Los monopolios occidentales controlaron totalmente, y aun controlan, la producción y el comercio mundial.

Muchos factores económicos y políticos estaban tras el fin del largo periodo de crecimiento capitalista, la época dorada del capitalismo, que se construyo sobre las ruinas de la II Guerra Mundial. Pero, entre 1974-75, el mundo experimento la primera crisis de recesión económica simultánea (desde el fin de la II Guerra Mundial). La caída de las ganancias y, al mismo tiempo, la creciente inflación (la tasa de aumento de los precios) envió a los capitalistas un claro mensaje de que el boom llegaba a su fin. La "globalización" se transformo en un medio para intentar restaurar los niveles de ganancia e intentar conseguir que una nueva ideología capitalista fuese construida. La globalización no surge de un plan pensado o debido a algún tipo de conspiración. Fue la propia crisis la que obligo a los capitalistas a encontrar otras formas de aumentar sus ganancias y su porción en el producto interno bruto. Esta reconstrucción capitalista global inevitablemente significaba presionar a los trabajadores y a los pobres; practica de despido masivo de personal y destrucción de capacidad industrial, desmantelamiento del estado de bienestar social, abolición de los subsidios para la comida, intensificación de la explotación, desregulación, privatización, flexibilización del trabajo y termino del control sobre el capital. Además de esto, el proceso de globalización tuvo un poderoso ímpetu con la caída del Muro de Berlín en 1989.

Neoliberalismo

El neoliberalismo es la expresión política de la globalización. En términos económicos, la globalización es impulsada por un rápido crecimiento del comercio mundial, por la exportación de capital, por la inversión extranjera directa y por una verdadera internacionalización de la producción. El número de compañías operando en el plano global ha tenido un desarrollo espectacular en los últimos 15 años. Esto fue acompañado de una rápida expansión de la producción internacional y de la dependencia de las exportaciones. Un aspecto principal de la globalización es la profundización del proceso de integración económica y del desarrollo de una parcialmente nueva división internacional del trabajo. Las compañías multinacionales construyeron una sofisticada red global de poderes y defensas. Esto, a su vez, demostró que la lucha por cambiar la sociedad debe estar armada con una perspectiva internacional y que la lucha de los trabajadores y de la juventud en cualquier país debe intentar ganar el apoyo internacional.

El objetivo de las compañías multinacionales de obtener el máximo de ganancias es la fuerza propulsora detrás de la globalización. La economía mundial es liderada por algunas centenas de gigantescas multinacionales, las cuales son muchas veces mayores que naciones. Muchos sectores de la economía global solamente son controlados por un puñado de compañías multinacionales.

Mas de 50 de las 100 mayores economías del mundo son compañías multinacionales. El conjunto de las ventas de las 200 mayores corporaciones excede el producto interno bruto total de todos los países del mundo sin considerar a las nueve mayores economías. Las multinacionales también se hicieron más grandes y poderosas luego de la reciente ola de fusiones y adquisiciones internacionales, es decir, la absorción de una compañía por parte de otra. Esto significa que la concentración de riqueza y capital ha logrado alcanzar un nivel sin precedentes.

Las compañías multinacionales dan cuenta de cuatro quintos de la producción industrial del mundo y de más de dos tercios del comercio mundial. El comercio interno de las compañías multinacionales constituye más del 40% del comercio mundial. Además, el comercio interno es frecuentemente usado como medio para evitar pagar impuestos.

¿El Estado-nación es aun relevante?

¿Esto significa que el Estado-nación se esta haciendo irrelevante, tal como algunos analistas plantean? Ciertamente el capitalismo fue capaz hasta cierto punto de superar el estado-nación con el desarrollo del mercado mundial. Algunos entusiastas de la globalización hablan de a las compañías "trasnacionales" esparciéndose por el mundo, libres de control, aunque el termino multinacional es una descripción más rigurosa. Difícilmente alguna de las enormes compañías multinacionales puede ser descrita como "trasnacional" porque estas compañías no son completamente libres o "sin hogar". Operan a una escala global, pero poseen fuertes raíces mediante la propiedad, producción, empleo, gerencia, investigación, planificación y desarrollo en sus respectivos países de origen. Sean compañías grandes o pequeñas, ellas aun dependen, en algún grado, de mercados nacionales o regionales, infraestructura y varias formas de protección del estado (subsidios, reducción de impuestos, protección legal, etc.) ofrecidas por sus propios gobiernos nacionales.

Otro rasgo importante de la globalización es que la especulación sustituyó a la producción como la actividad económica más lucrativa, lo que, de cierta forma, muestra que el sistema como un todo alcanzó un callejón sin salida. Es sorprendente que Hardt & Negri no apunten hacia la naturaleza especulativa y parasitaria (altamente corrupto) del capitalismo moderno.

La globalización es un "sistema fluido, con una expansión infinita y altamente organizado que abarca toda la población del mundo", pero carece de algún "poder", escribió el New York Times, el 7 de julio del 2001, asumiendo las visiones de Imperio.

Muchos analistas capitalistas afirman que la globalización es un nuevo sistema tecnológico-económico basado en el micro chip y dirigido por inversionistas financieros y fondos de corporaciones multinacionales, libres del estado-nación o estructuras de poder. Estas ideas post modernistas han recibido eco, desde un punto de vista izquierdista, por parte de Hardt & Negri.

Pero tal como la revista de izquierda de EE.UU. -Montly Review- comentó: "la noción de una hegemonía del mercado global, libre y sin el estado-nación o algún centro de poder reconocible (solamente instrumentos de mercado altamente visibles) significa una concepción de capitalismo que se hizo, virtualmente, sinónimo de globalización. Se afirma que no hay alternativa, porque no hay nada fuera del sistema y no hay un centro dentro del sistema. La bruma ideológica que impregna todos los aspectos del debate sobre la globalización esta destinado a, eventualmente, disipar, en la medida en que queda claro que las contradicciones del capitalismo, que nunca fueron superadas, están presentes de una forma más universal y destructiva que nunca" (Montly Review, enero del 2002).

Imperio no esta afirmando que el sistema no puede ser transformado, pero al momento de plantear la cuestión de cómo puede ser hecha la transformación los autores pierden el contacto con toda la realidad. Ellos esperan que la migración y el poder casi místico del "rechazo al trabajo" harán todo el trabajo de una transformación significativa.

En el prefacio de Imperio los autores hacen afirmaciones sin argumentos y transforman hipótesis en "hechos", las cuales forman la base de donde son extraídas sus conclusiones. Lamentablemente este método es algo común en el libro. Los autores asumen que la globalización es "irresistible e irreversible" y siguiendo esta noción, argumentan que un nuevo Imperio "sin fronteras" esta tomando forma. ¿Pero como un Imperio puede manifestarse sin un centro que tome las decisiones o un centro de poder? ¿No hay algún número de teléfono o alguna casilla postal para el Imperio? En lugar de esto, se plantea que el imperio esta en todo lugar y unido por redes difusas. Los autores afirman: "nuestro Imperio post moderno no tiene Roma" (p.338). Leyendo Imperio usted no puede dejar de hacer la siguiente pregunta: ¿Dónde esta el poder a ser derrumbado?

Marxismo versus post modernismo

Hart & Negri intentan reconciliar las ideas y los métodos del socialismo revolucionario (marxismo) con lo que puede ser descrito como la ola post modernista dentro de la izquierda internacional. La tarea consiste en "reorganizarlos y canalizarlos (los procesos de globalización) para nuevos objetivos. Las fuerzas creadoras de la multitud que sustenta al Imperio son capaces también de construir, independientemente, un Contra-imperio, una organización política alternativa de flujos e intercambios globales" (p.15). El objetivo es "construir una nueva ciudad… crear una nueva forma de lucha que este basada no solo en la oposición directa sino en un tipo de lucha por sustracción, un rechazo al poder, un rechazo a la obediencia. No solamente un rechazo al trabajo y a la autoridad, sino también emigración y movimientos de todos los tipos que rechacen los obstáculos que bloquean el movimiento y el deseo" (citado por Negri, durante una discusión online, el 3 de mayo de 2000).

Los autores descartan a los sindicatos, "las organizaciones obreras institucionales" (p.329) tal como los describen, la clase trabajadora industrial y lo que señalan como el "viejo" internacionalismo proletario. De acuerdo a los autores, la lucha contra el imperio no necesita de conciencia colectiva y organización de clase o algún programa, táctica o estrategia. La liberación camina de cualquier forma en la medida en los oprimidos resisten y el Contra-imperio gana fuerza.

El mundo, sin embargo, no es controlado por un "imperio" imaginario, sino por las potencias capitalistas dominantes y su clase dominante de la "Triada" de Estados Unidos, estados de la Unión Europea y de Japón. El imperialismo esta lejos de estar "muerto"; la época que el imperialismo entra con el proceso de globalización es un nuevo estadio o fase. La clase dominante de los Estados Unidos vio a la globalización como un medio de expandir su posición en el mercado mundial a costa de otras potencias capitalistas. Esto aumenta las contradicciones inherentes al capitalismo y, al mismo tiempo, abrió espacio para el resurgir de un animo anti-capitalista dirigido, especialmente, contra las multinacionales de EE.UU. y la naturaleza súper-explotadora del imperialismo.

Imperio fue escrito antes de los cambios en las relaciones mundiales a consecuencia de los eventos del 11 de septiembre del 2001. Ya ha sido probado que muchas de las suposiciones realizadas por los autores son falsas o unilaterales, tales como: "La policía mundial americana no actúa movida por un interés imperialista, sino por un interés imperial" (p.199). Los Estados Unidos, de acuerdo a los autores, no actúan en interés de su clase dominante, sino "en el interés universal" (p.198). No hay mención sobre rivalidad, divisiones y competencia entre las diferentes clases dominantes y poderes imperialistas en el libro. Pero si la clase dominante y el gobierno norteamericano no actúan principalmente en defensa de la hegemonía, de los mercados, de las ganancias y del prestigio del capitalismo norteamericano, entonces, ¿qué significan sus políticas y acciones? Las decisiones necesitan ser tomadas en algún lugar y estas son tomadas en Washington, y no por cuerpos "supranaturales" esparcidos a través del mundo. La reacción al 11 de septiembre y sus consecuencias ilustran cómo esta preparada la clase dominante de Estados Unidos para defender y expandir su poder y dominio. La presente tendencia de unilaterismo por parte de George W. Bush y su administración es lo opuesto a lo que los autores describen como "universalismo" en las páginas de Imperio. "La guerra contra el terrorismo es simplemente un eufemismo para aumentar el control de Estados Unidos en el mundo, sea proyectando su fuerza a través de sus porta-aviones o construyendo nuevas bases militares en Asia Central", afirma el profesor Paul Rodgers del Departamento de Estudios sobre la Paz de la Universidad de Bradford (London Observer, 10 de febrero del 2002).

La reafirmación del poder y del unilateralismo de EE.UU. a costa de otros esta destinado a alimentar la inestabilidad y las tensiones, entre las naciones y los diferentes bloques capitalistas. Los autores comenten un error cuando asumen que el capitalismo fue capaz de superar las barreras puestas por el estado-nación y por la propiedad privada de los medios de producción.

La presente tendencia hacia el uní lateralismo en algún momento, con certeza, se revertirá y la clase dominante de los EE.UU. puede ser obligada a utilizar otros caminos alternativos para defender su posición dominante.

Lo que sorprende es que los autores no ofrezcan argumentos o cifras reales para su afirmación de que la globalización condujo al nacimiento de un orden social, político y económico totalmente nuevo. En Imperio, en lugar del análisis sobre el pasado, el presente y el futuro, el lector solo encuentra pomposas citas de un incontable numero de pensadores y filósofos y comentarios abstractos como el siguiente: "el poder esta en todo lugar, pero esta en todo lugar porque en todo lugar esta en juego el nexo entre virtualidad y posibilidad, un nexo que es provincia exclusiva de la multitud" (p.383). Como este párrafo lo ilustra, algunas veces Imperio se vuelve imposible de leer.

El rol del FMI, de la OMC y etc.

Hardt & Negri afirman que las organizaciones e instituciones capitalistas internacionales tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio (OMC), Foro Económico Mundial de Davos, etc., son parte de una estructura de poder supranacional. Pero estas organizaciones y la reunión de la elite capitalista en Davos, antes que ser parte de "una estructura supranacional" son los medios que las potencias imperialistas utilizan para imponer una agenda neoliberal y abrir nuevos mercados para la exportación de bienes y capital, con el fin de salvaguardar los intereses del capitalismo occidental en general y del imperialismo de los EE.UU. en particular.

Por ejemplo, el FMI esta bajo el control de los EE.UU. a tal forma que su plan de emergencia para Argentina (en el 2002) fue elaborado por el Ministerio de Finanzas de EE.UU.

Durante la crisis económica en el sudeste asiático (1997-98) el imperialismo de EE.UU., después de alejar cualquier intento del capitalismo japonés por intervenir, utilizó al FMI como plataforma para expandir su influencia. Fueron los representantes del Ministerio de Finanzas de EE.UU. los encargados del grupo del FMI que negoció con los diferentes países del sudeste de Asia afectados por la crisis. "Los EE.UU. se comportaron como saqueadores después de un ciclón económico", tal como afirmo un empresario Australiano. La revista norteamericana Newsweek, describió este tipo de intervención imperialista clásica con las siguientes palabras: "Los americanos retornaron con gran fuerza (al sudeste asiático). Esta vez, en forma de fondos de inversión de los bancos de EE.UU., fondos de activos y especuladores como George Soros, todos ellos encabezando una ola de triunfalismo, haciendo que los poderosos mercados occidentales desbordaran completamente el influyente sistema financiero que Japón inspiro por toda Asia. Mientras el contagio asiático derrumbo economía tras economía, las firmas de EE.UU. abrieron estos sistemas con una ferocidad que 150 años de negociaciones de EE.UU. no alcanzarían". Si esto no es imperialismo, ¿que es?

"El proletariado ya no es lo que era" (p.72), escriben los autores de Imperio. Excluyendo a la clase trabajadora y sus organizaciones políticas y sindicales. Estas son cosas del pasado y, en lugar de partidos, los autores presentan la idea de "auto-organización" y mencionan al movimiento Zapatista como un modelo a seguir.

Es notable como al nombrar muchos de los movimientos y luchas de los años 60, los autores no mencionan la gran huelga general de 10 millones en Francia en 1968: un movimiento tan poderoso que el presidente francés, Charles de Gaulle, llego a decirle al embajador norteamericano en aquel periodo: "Hubo una revolución comunista en Francia y no hay nada que podamos hacer sobre esto". Después de esto, de Gaulle, se fugó a una base militar en Alemania.

El internacionalismo proletario así como la lucha por el socialismo son considerados, por Imperio, como algo anticuado y ligado a una época cuando el estado-nación era una parte orgánica del capitalismo. Pero las condiciones actuales, escriben los autores, demandan un nuevo movimiento "que corresponde a los regímenes informales de producción post-fordiano" (p.433). Dejando de lado que el control de los patrones y de la estructura jerárquica del capitalismo no son exactamente un "régimen informal", el libro tiene poco que decir sobre la lucha en los locales de trabajo, y tampoco menciona el hecho de que la globalización reforzó la necesidad del "internacionalismo proletario" en la acción.

A la anulación de la clase trabajadora y el silencio sobre la necesidad de construir partidos revolucionarios y socialistas genuinos, le siguen las falsas premisas y análisis hechos al inicio del libro. Las hipótesis de los autores no son más que abstracciones hechas con un lenguaje oscuro y casi-intelectual.

Afirmación tras afirmación es realizada sin ser fundamentada. El análisis de Lenin del "imperialismo y de sus crisis", por ejemplo, es presentado como aquella que lleva "directamente hacia la teoría de Imperio" (p.254). Sin embargo Lenin argumentó lo opuesto contra los "súper-globalizadores" de su tiempo.

En las paginas de Imperio, los bolcheviques son acusados de haber entrado "en el terreno de la mitología nacionalista" (p.129) en el análisis y acercamiento marxista y sensible de estos a la cuestión nacional y en la lucha de las nacionalidades oprimidas contra el Zarismo en Rusia, que Hardt & Negri presentan como una concesión al nacionalismo. Ellos no ofrecen argumento para apoyar esta extraordinaria, pero también vaga, afirmación.

Lo que Hardt & Negri hacen es extraer la ultima conclusión de lo que puede ser descrito como una teoría de la "súper-globalización". Sin embargo la globalización, de hecho, agravó las contradicciones fundamentales inherentes al capitalismo, esto es, la colisión entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción (el modelo social y político en que el sistema capitalista opera; relaciones internacionales, el papel del estado-nación, el gobierno, relaciones entre las clases, etc.). Es esta colisión básica que lleva a las crisis, guerras y revoluciones.

Contradicciones del capitalismo

El capitalismo por su naturaleza es incapaz de desarrollar una tendencia única para su conclusión final. El capitalismo monopolista no termina con la anarquía del mercado o de la competencia. El presente orden capitalista internacional es solo un momento más en la historia, no su punto final. La globalización, así como cualquier otra fase en el desarrollo del capitalismo, coloca los cimientos de su derrocamiento. El Estado-nación y la propiedad privada de los medios de producción actúan cada vez mas como barreras absolutas para el desarrollo de la sociedad.

El capitalismo aun esta enraizado en el Estado-nación que es una formación social con elementos históricos, tales como un lenguaje común, una cultura, propiedad territorial, etc. Cada clase dominante nacional depende de varios tipos de apoyo y protección ofrecidos por su aparato estatal. En ultima instancia, el estado capitalista es reducido a "cuerpos de hombres armados" (la policía, militares, agencias de inteligencia, etc.) y sus apéndices materiales como son las prisiones. El estado no es un cuerpo "neutro" en la sociedad capitalista; esta firmemente bajo el control de la clase dominante. El estado ofrece a los capitalistas una protección contra los competidores externos y "el enemigo interno", tal como Margaret Thatcher señaló a los mineros británicos en huelga durante los años 80.

A pesar que los capitalistas hablen de la existencia de las "fuerzas auto-reguladoras del libre mercado", cuando son puestos contra el muro pedirán por ayuda, protección y apoyo de su aparato estatal. En respuesta a una crisis económica en los EE.UU., el presidente Bush decidió imponer tarifas a la importación de acero de otros países y continuar con los subsidios para su propio sector agrícola. "El señor Bush aumentó las tarifas del acero importado, protegió a los productores madereros de la competencia canadiense y defendió enérgicamente una ley sobre agricultura que retrocede en 30 años el libre comercio en la agricultura (Financial Times, 13 de junio del 2002.

Aunque una nación capitalista, o grupo de naciones, se expanda al precio de la posición de otras, siempre existirá una tendencia hacia el proteccionismo nacional o para el surgimiento de bloques continentales o regionales.

La naturaleza de todo acuerdo entre estados capitalistas tiende a ser temporal y difícil, reflejando el equilibrio de fuerzas. Frente a crecientes tumultos sociales y políticos en casa y una competencia mas dura en el mercado mundial, las diferentes clases capitalistas nacionales harán lo que sea necesario para proteger su propia posición. El capitalismo no defenderá otro principio sagrado que no sea el del lucro. Una cosa es estar a favor de una moneda única, libre comercio y cooperación internacional cuando "todos son vencedores". Pero cuando los márgenes disminuyen o los mercados son perdidos, los capitalistas utilizan el estado para la protección contra la competencia externa y para implementar medidas que fortalezcan sus posiciones al precio de otras. Esto se expresa principalmente en la forma de distintos bloques actuando contra otros, pero también de países actuando contra un rival especifico. Un proteccionismo emergente y medidas para controlar y restringir el flujo de capital comienzan a revertir los rumbos de la globalización, con algunas similitudes con la reversión del proceso de rápida integración a inicios del siglo XX que desembocó en la I Guerra Mundial y con la crisis de los años 30.

Las demandas de los trabajadores necesitan de un programa político.

El Imperio imaginario es controlado, es defendido por una red -que fuerzas están implicadas en esta red no es explicado- y basa su poder en el dinero, en las armas (fuerzas de destrucción) y en el control de la comunicación y de la información. En consecuencia, el capitalismo mundial entró en la era post industrial y, de acuerdo a los autores, esta es la razón por la cual la clase trabajadora industrial "perdió su posición hegemónica" (p.277).

La definición de Imperio de todo el estrato oprimido como parte de una "multitud" es una forma de reducir a la clase trabajadora, como máximo, a un papel auxiliar en luchas futuras. A parte de esto, los autores ignoran totalmente las consecuencias políticas e ideológicas del colapso del estalinismo.

Los socialistas siempre argumentaran contra aquellos que definen a la clase trabajadora como solamente los trabajadores industriales. Este es un estereotipo, una definición rígida, que tiene poco que ver con el marxismo. La producción y la distribución de mercancías bajo el capitalismo moderno se ha tornado más social e internacional que nunca, involucrando a los diferentes sectores de los trabajadores en un plano nacional y global. La producción y la creación de ganancias dependen no solamente de los trabajadores empleados en fábricas.

Es gracias a su papel en la producción y en la distribución que la clase trabajadora se desarrolla y actúa como un poder colectivo. Es este poder y acción colectiva lo que los autores silencian. Pero mucho pero es que la posición tomada por los autores tiende a alinear a los trabajadores en el movimiento anti-capitalista.

Las condiciones de los trabajadores en el sector público o en los servicios son casi las mismas condiciones que enfrentan los trabajadores industriales. Al mismo tiempo, una larga sección de las clases medias no posee más una posición privilegiada y segura en la sociedad. Una proletarización de la clase media esta aconteciendo en todos los países capitalistas. Una crisis, tal como fue demostrado en Argentina y Turquía (2001-2002), puede llevar de la noche a la mañana a una pauperización de la clase media. La clase media en Argentina hoy es conocida como "aquellos que una vez tenían".

Los eventos en Argentina ilustrarán que la lucha por camb

Special financial appeal to all readers of socialistworld.net

Support building alternative socialist media

Socialistworld.net provides a unique analysis and perspective of world events. Socialistworld.net also plays a crucial role in building the struggle for socialism across all continents. Capitalism has failed! Assist us to build the fight-back and prepare for the stormy period of class struggles ahead.
Please make a donation to help us reach more readers and to widen our socialist campaigning work across the world.

Donate via Paypal

Liked this article? We need your support to improve our work. Please become a Patron! and support our work
Become a patron at Patreon!

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*


April 2006
M T W T F S S
 12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930