Venezuela: Venezuela en una encrucijada

Una vez mas la oposición recurre al sabotaje económico

Traducción por Marisol Gonzalez, Mexico, el 15 de marzo de 2006

"El mejor Presidente que hemos tenido" Así es como Rosa Soja, una empleada de la fabrica Selfex en el sureste de la capital, Caracas, me describió como calificaba al Presidente Chávez. Los empleados, en su mayoría mujeres trabajadoras, han estado ocupando su lugar de trabajo por las pasadas ocho semanas después de que su empleador se declaro en quiebra y desapareció. Los 250 empleados sin trabajo o paga fueron abandonados con una sola opción: ocupar la fabrica, vigilar las maquinas y el edificio y esperar, que de una u otra forma, la producción pueda ser restaurada para regresar a su forma de vida.

La situación que los trabajadores de Selfex encaran no es excepcional. Conflictos en pequeña escala están surgiendo entre la clase trabajadora y los empleadores en todo el país. Empleadores activamente involucrados en sabotaje o deteniendo la producción están intentando frustrar las exigencias y confianza de los trabajadores, la que se ha visto fortalecida por las repetidas victorias del movimiento de Chávez sobre la oposición. Los empleadores, el principal componente de las fuerzas de oposición alrededor de la antigua elite dependiente de Washington, están recurriendo al sabotaje económico para frustrar a los trabajadores y pobres. El propósito principal es socavar la base social del gobierno de Chávez, restaurando por completo el poder de la pequeña minoría de la sociedad Venezolana que tenia completo acceso a la riqueza en los tiempos previos a Chávez.

Por ahora, el sabotaje económico, la burocracia gubernamental y la corrupción parecen incapaces de minar la autoridad y el prestigio del "Comandante", como Hugo Chávez Frias es frecuentemente llamado por sus seguidores. Aun así, es necesario advertir que un fracaso en la solución de los presionantes problemas de la clase trabajadora y de los pobres puede llevar a la desilusión entre secciones de la clase trabajadora.

Una demostración colectiva organizada para conmemorar el fallido golpe de estado del 4 de Febrero de 1992, dirigido por Chávez, marco el principio de la campaña electoral presidencial que se llevara a cabo en Diciembre. Cerca de un millón y medio de gente salio a celebrar lo que se considera como el inicio de la lucha política que llevo a la elección de Chávez como Presidente en 1999 y el comienzo de la revolución Bolivariana. La marcha fue una demostración de poder, en cierto punto llegando a los doce kilómetros de longitud.

La mayoría de los participantes acudieron por propia voluntad, concientes de los objetivos políticos en juego. Esta marcha de los seguidores de Chávez entre la clase trabajadora y los pobres fue acompañada por representantes del gobierno, empleados del sector público y trabajadores de diferentes agencias gubernamentales que fueron estimulados a asistir.

Muchos sintieron, con justa razón, que una muestra de poder era necesaria para contestar los ataques verbales llevados a cabo a principio de semana por representantes de los imperialismos americano y británico. El Secretario de Relaciones Exteriores de EU, Donald Rumsfeld, ha comparado a Chávez con Hitler y Tony Blair exigió a Chávez retornar a la ‘democracia’ i.e. seguir los dictados económicos de EU, el FMI y el Banco Mundial. La oposición organizo su propia demostración en Caracas el mismo día pero solo logro reunir unas miles de personas.

Corrupción y burocracia

Al final de la demostración una gran muchedumbre se reunió a escuchar hablar a Chávez en la Avenida Bolívar en el centro de Caracas. Una multitud de rojo estuvo parada a través de las seis líneas de la avenida, alargándose hasta dos millas, indudablemente disfrutando como Chávez ridiculizaba a Bush, Rumsfeld y Blair. Esto, sin embargo, no fue la parte más significativa del discurso, ni la más hábil. La mayor aclamación por parte de la multitud surgió cuando Chávez hablo acerca de la corrupción y la burocracia. En sus propias palabras: "Solo hay un proceso político que no puede sobrevivir a menos de que sea un proceso eficiente. Este proceso es llamado revolución".

Dijo que no titubeara para despedir ministros ineficientes, burocráticos o corruptos en cualquier forma. Muchos de los demostradores deben haber sentido que después de siete años del régimen de Chávez habría mas progreso de no haber sido por la ineficiente burocracia del estado que es frecuentemente corrupto. Igualmente se desconfía de la mayoría de los políticos, aun de los ministros de Chávez, con los cuales la población no siente ninguna afinidad debido a que comúnmente son los hijos de la clase profesional (media).

Los trabajadores de Selfex, las enfermeras que protestaron la semana anterior ante el palacio de Mira Flores y los trabajadores de Mercal, una creciente red de tiendas y supermercados que vende alimentos básicos al 40% de descuento, todos cuentan la misma historia: "Apoyamos al presidente, es un hombre honesto y preocupado, pero esta solo".

Chávez aprovecho los eventos del 4 de Febrero para anunciar un 15% de aumento en el salario mínimo, como parte de un paquete de medidas sociales bienvenidas por los trabajadores. El nuevo salario mínimo será de alrededor de $465,750 bolívares o 125 euros al mes. El problema que los trabajadores enfrentan en muchos empleos es forzar a sus empleadores, del estado o privados, a aplicar las leyes de salarios, de protección del trabajo y de derechos de los trabajadores. Algunos de los trabajadores están llegando a la conclusión de que la revolución no es algo que cae del cielo, sino que tiene que construirse a través de la iniciativa del pueblo y de sus organizaciones.

Esto es un gran reto para la clase trabajadora Venezolana. Su baja capacidad de auto-organización es un legado histórico, parcialmente influenciada por la ideología contra-revolucionaria de los años 90s.

Estas son razones objetivas, no excusas. Durante el primer año de la Revolución Rusa, Vladimir Lennin y Leon Trotsky, quienes fueron los lideres de una clase trabajadora posiblemente menos desarrollada cultural y económicamente que sus contrapartes Venezolanos, estuvieron muy consientes de la necesidad de desarrollar organizaciones dentro de la clase trabajadora. Para que la revolución fuese exitosa era central que la clase trabajadora, en alianza con el campesinado pobre, creara sus propios instrumentos de poder estatal. Los Bolcheviques estimularon la iniciativa de las masas y, en efecto, no hubiesen logrado arrebatar el control de las manos de la burguesía sin esta. El consejo de los comisarios del pueblo peleo fuertes batallas contra la múltiplemente encabezada resistencia de la clase propietaria. Con un poder central casi inexistente, los decretos emitidos por los comisarios convocaron a las masas a usar sus propios comités para controlar la producción, contabilidad y finanzas de las firmas en que trabajaban.

Medidas de emergencia necesarias para detener el sabotaje económico.

Los cierres de los patrones en Diciembre del 2002 y Enero del 2003 fueron derrotados por la actividad independiente de las capas más importantes de la clase trabajadora industrial. Los trabajadores petroleros rompieron con los cierres en la industria petrolera tomando algunas de las instalaciones y reanudando la producción. Trabajadores en otras industria siguieron su ejemplo y el establecimiento de una nueva confederación de sindicatos, la UNT, acabo con el poder de la antigua y corrupta federación CTV, que era como anillo en el dedo de la elite dominante.

Ahora que el gobierno de Chávez ha reforzado el control de precios en los alimentos de necesidad básica para combatir la inflación y mantener comida barata al acceso de la mayoría de la población, los productores están reaccionando con una huelga parcial de producción. A través de la mayor parte de Diciembre, por ejemplo, el café, harina de maíz, y otros productos básicos desaparecieron de los estantes de los supermercados. Venezuela es uno de los pocos países Latinoamericanos que dependen de la importación de comida y leche para satisfacer las necesidades básicas de la población. Esto, en si mismo, es una maldita condena de la burguesía nacional y de la explotación imperialista que destruyo la producción domestica de alimentos. De acuerdo con reportes de la prensa Occidental, Alimentaria Internacional, una importadora de leche en polvo, ha reducido sus importaciones a "casi cero". Otros productores de leche han "reorientado" su producción hacia otros productos que no están regulados, llegando a la absurda situación en la que el yogurt y el queso abundan mientras que la leche es escasa. La huelga de los productores de café en Diciembre fue la más ruidosa. Cuando el gobierno aumento un 100% los precios del café verde que los agricultores venden a los tostadores, dejando igual el precio del café procesado, los productores reaccionaron. Se negaron a tostar los granos de café, dejando vacíos los estantes de los supermercados, hasta que el gobierno accedió a aumentar el precio un 60%.

Estos ejemplos ilustran la impotencia del régimen de Chávez en su lucha contra los empleadores. Mientras las amenazas de expropiar las fábricas que cierren operaciones no se lleven a cabo, o se tomen pasos para nacionalizar las industrias principales de la economía y ponerlas bajo el control y administración de los trabajadores, no hay mucho que el gobierno Bolivariano pueda hacer contra este sabotaje.

Solo algunas pocas fábricas han sido nacionalizadas y, aunque el consecuente debate acerca del control de los trabajadores o una co-administración en estos lugares es de inmensa importancia para el futuro desarrollo de la lucha de clases y el proceso revolucionario, seria un error inmenso tratar y presentar esto como el total de la situación. La mayor parte de la clase trabajadora no esta involucrada en este proceso y, por lo contrario, tiene que luchar aun por el reconocimiento básico de sus derechos como trabajadores, tales como asegurar el salario mínimo para todos, el correcto pago de salario y horas extras, y el derecho a organizarse en sindicatos. Los socialistas necesitan construir organizaciones de la clase trabajadora con un programa de lucha que se encargue de las exigencias diarias de los trabajadores y los pobres, ligándolas con la necesidad de la nacionalización de los puntales de la economía bajo la administración y control de los trabajadores.

En aquellas compañías que ya han sido nacionalizadas los socialistas necesitan luchar para desarrollar un genuino control de los trabajadores sobre la industria. Esto, en oposición a la co-administración que el gobierno esta proponiendo, significa el control democrático de la fuerza trabajadora sobre la contratación, despido y elección de los gerentes y supervisores por los trabajadores. Los socialistas propondrían que los gerentes y supervisores fuesen electos y sujetos a retiro por las asambleas que los eligieron; que recibiesen el salario promedio de un trabajador calificado. Los trabajadores mismos, aliados con las comunidades locales, diseñarían un plan de producción y se entrenarían a si mismos en el manejo de la producción. El control de los trabajadores, posible bajo las circunstancias generales de la producción capitalista, es un terreno de entrenamiento para que los trabajadores y sus organizaciones se preparen para implementar un sistema democrático de trabajadores de administración de la producción. Estas medidas pueden elevar la comprensión y confianza de la clase trabajadora y prepararla para dirigir a la sociedad por si misma. Sin embargo, esto no será posible sin la nacionalización de los sectores más importantes de la economía de Venezuela. Las medidas sociales en la esfera de producción necesitan repetirse en la esfera de distribución. Los trabajadores de los sectores formal e informal de la economía necesitan construir sus comités en base a su clase, aliados con el campesinado pobre, para luchar por la transformación socialista de la sociedad. Estos comités, democráticamente electos en cada lugar de trabajo, cada distrito electoral y cada ciudad, podrían ser el embrión de un futuro estado de los trabajadores, remplazando las instituciones del estado burgués y comenzando a construir una sociedad socialista.

¿Esta disminuyendo la pobreza?

El mes pasado los obispos católicos declararon que la pobreza estaba "aumentando rápidamente". El gobierno de Chávez respondió con estadísticas sugiriendo que la pobreza había "empezado a disminuir, lenta y progresivamente". El asunto es que el cierre de los empleos llevado a cabo por los patrones en el 2002 tuvo un importante efecto y aumento el sufrimiento de la clase trabajadora y de los pobres. Para el 2003 una cuarta parte de la población de Venezuela estaba viviendo en ‘extrema pobreza’ sin poder alimentarse adecuadamente. Hay suficientes razones para dudar de los Obispos Católicos, no es la menos importante el hecho de que son bien conocidos por su interferencia política a favor de la oligarquía. Al mismo tiempo los personajes gubernamentales pueden ser cuestionados. Lo más importante es que la clase trabajadora se demostró capaz de defender sus intereses y permanecer firme ante la amenaza de violentos ataques por parte de sus empleadores, aun si esto vino junto con un aumento de su pobreza a corto plazo. Sin embargo, esta capacidad de soportar sufrimiento es limitada. La clase trabajadora puede hacer sacrificios con la condición de que exista alguna perspectiva de que el capital humano gastado y el aumento de su sufrimiento, resultaran a largo plazo en la derrota de la pobreza y un cambio social definitivo. Si esa perspectiva se pierde, por un cambio profundo en el carácter de las políticas de Chávez o un colapso de la confianza que la clase trabajadora y los pobres tienen en su propia capacidad para actuar a favor de sus intereses, la contra-revolución tiene una verdadera oportunidad de victoria.

La economía Venezolana se recupero después del cierre de los empleadores, y el aumento de ingresos fiscales provenientes del alto precio del petróleo en el mercado mundial ha dado al gobierno los medios de invertir en las misiones, infraestructura publica y la extensión del sector estatal. Los ingresos anuales fiscales en Venezuela, provenientes del petróleo, se han cuadruplicado desde 1998. Sin embargo, si bien es cierto que las medidas tomadas por el gobierno han ayudado a los sectores mas pobres de la sociedad Venezolana, aun el día de hoy, dos terceras partes de las familias mas pobres viven con $2 al día o menos.

Esto nos da una indicación de los límites de lo que puede ser logrado bajo el capitalismo y provee de las bases para una viciosa campaña populista por la prensa burguesa. Comparando el importe de lo que el gobierno de Chávez ha gastado en su política de contracción de alianzas ‘anti-imperialistas’ con otros países Latinoamericanos con el importe de lo que domésticamente seria necesario gastar para erradicar la pobreza, existen grandes dudas, actualmente en especial en la clase media, sobre si la política internacional de Chávez puede transformar el problema de Venezuela y sus compañeros Latinoamericanos viviendo en las mismas y horrendas condiciones.

De acuerdo con la prensa burguesa, Chávez ha gastado $25 billones en solidaridad económica con otros gobiernos de la región, incluyendo Argentina, Bolivia, Brasil, Las Islas del Caribe, Cuba, Ecuador, Guyana, Indonesia, Paraguay la Republica Dominicana y Uruguay. En los Estados Unidos, el gobierno de Chávez dono $2 billones para ayudar a las victimas del Huracán Katrina y suplió combustible barato en invierno a miles de familias pobres urbanas.

Al mismo tiempo, los periódicos indican, una inversión de $48 billones podría erradicar la pobreza en Venezuela en los próximos cinco años. Sin embargo, concluyen, después de siete años de ‘Revolución Bolivariana’ el 10% de la población mas rica aun recibe la mitad del ingreso nacional mientras que el 10% de la población mas pobre tiene acceso a menos del 2%.

Es indudablemente cierto, como en todo estado capitalista, que la ‘redistribución’ de la riqueza a través del estado favorece a la clase de los propietarios. Esta desigual repartición de los recursos del estado se repite en un patrón aun más desigual en el sector privado. Infortunadamente, la idea guía en el gobierno de Chávez, hasta ahora, es que este desequilibrio solo puede ser corregido por medio de una mayor intervención e inversión estatal en favor de las secciones más pobres de la población sin intervenir fundamentalmente en la esfera de producción. Además, el gobierno Venezolano esta intentando seguir esta estrategia apoyándose en el mismo aparato de estado que tan solo ayer trabajo en el servicio de la oligarquía.

La tragedia de la política de Chávez es que finalmente será un fracaso para la clase trabajadora y para los pobres si no rompe definitivamente con el capitalismo, en casa y fuera de ella. Solamente en la base de una economía planeada democráticamente será posible poner a las fuerzas productivas a trabajar a favor de los intereses de la clase trabajadora y de las secciones más pobres de la sociedad.

La clase capitalista Venezolana, dependiente del imperialismo, va a tratar con todo lo que pueda de hacer retroceder las presentes reformas. Aunque políticamente débil actualmente, su posición fundamental en la sociedad como propietarios de las fuerzas productivas no ha sido amenazado decisivamente. Va a usar todos los medios posibles para cansar y frustrar a las masas, para separar a las capas más decisivas del centro de apoyo de Chávez y prepararse para atacar definitivamente al proceso revolucionario. Lo hemos mencionado muchas veces antes, y lo haremos de nuevo: Seria tonto olvidar las lecciones de Chile y Nicaragua.

Los trabajadores necesitan actuar con independencia.

El actual debate sobre ‘socialismo en el siglo XXI’ es de extrema importancia para Venezuela, así como para la clase trabajadora internacional. Los pasos tomados por el gobierno de Chávez para rehusarse a formar parte de la conspiración neo-liberal mundial y su insistencia en la posibilidad de otro mundo si es socialista son un indicio de los movimientos que se desarrollaran mientras la clase trabajadora toma acciones para defender sus intereses en contra de la explotación capitalista. Estamos en una encrucijada, en la carrera para las próximas elecciones presidenciales en Diciembre. El escenario más posible es que Chávez ganara. La campaña electoral en si misma puede proveer un nuevo impulso para el movimiento y empujar a Chávez y su gobierno más hacia la izquierda.

En este proceso los trabajadores necesitan construir organizaciones –sindicatos y partidos políticos- que les permitan implementar sus propias políticas. Aprender en la práctica que medidas son necesarias para defender los intereses de su clase, ganar experiencia en el arte de la lucha de clases y preparase a derrocar al capitalismo. Ningún Marxista podría negar cuan cierto es el que personalidades excepcionales pueden tener una alta influencia sobre los acontecimientos en ciertas condiciones. La necesidad de que la clase trabajadora en su totalidad posea sus propios instrumentos de lucha es una cuestión independiente de los talentos, fuerzas y debilidades de un solo individuo. En este sentido, el reto para la clase trabajadora y los pobres de Venezuela es la elección entre la revolución y la contra-revolución. Esto no es una prueba de lealtad personal a Chávez como individuo. La cuestión clave es de programación. Es una cuestión de desarrollo de las organizaciones de lucha por la defensa y profundidad de la revolución conectada con el buen funcionamiento de un programa correcto para el establecimiento del socialismo en Venezuela como un primer paso hacia una federación socialista de Latino América y del mundo.

Rosa Soja tiene razón. Hugo Chávez Frias es el mejor presidente que la clase trabajadora ha tenido jamás. Las reformas que ha iniciado son importantes. La experiencia que la clase trabajadora ha ganado defendiendo al régimen de Chávez de las fuerzas reaccionarias probara ser un arma invaluable en la lucha por un socialismo genuino y democrático.

 

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