Bolivia: El presidente Evo Morales anunció el 1° de mayo un decreto que “nacionalizó” los recursos del petróleo y el gas (los hidrocarburos), enviando una ola de repercusiones a todo el mundo

Traducción por Patricio Guzmán, Chile, 30 de Mayo 2006

De manera dramática, el ejercito boliviano entro en 56 instalaciones, izando banderas del país y letreros en los que se leía, "nacionalizado, pertenece a los bolivianos". Mientras se elevaban las esperanzas entre las masas pobres de Bolivia, que han estado luchando por la nacionalización durante años, un escalofrío recorrió la espina dorsal de las clases dominantes. En el vecino Brasil, que depende de Bolivia para la mitad de su consumo de gas natural, los medios de comunicación dieron la impresión que las llaves pronto se cerrarían y que una crisis energética era inminente.

Al mismo tiempo en Bolivia hay muchos activistas que no están satisfechos, esta no es la nacionalización por la que han luchado. Las gigantes multinacionales siguen ahí y tienen 180 días para "renegociar" sus contratos. La "nacionalización" se quedó a medio camino. El decreto supremo 28701 pretende fundar sociedades mixtas con las multinacionales, donde el estado controle 50% más una acción en compañías que eran de propiedad estatal hasta 1996.. Pero los activistas quieren nacionalización completa, no solamente una participación mayor en la torta que será dividida entre capitalistas extranjeros.

Aún así, el hecho que Evo Morales haya anunciado el decreto se debe a la presión de las masas en el asunto de las reserves de petróleo y gas, que desde 2003, derribó a dos presidentes.

El temor entre las clases dominantes es que ahora la historia ha dado vuelta la esquina. La reacción contra las políticas neoliberales, que dominaron casi todos los países de América Latina, por casi dos décadas, ha alcanzado un nuevo nivel. Chávez, con sus políticas populistas, unidas con una retórica socialista, ya no es un fenómeno aislado. En muchos países, para las elecciones presidenciales hubo candidatos que despertaron esperanzas entre las masas (como el supuestamente izquierdista Lula, en Brasil) Estas esperanzas y todas las promesas eran traicionadas después de su elección. El hecho que Evo Morales, mantuvo su promesa electoral, incluso si las medidas de "nacionalización" tienen limitaciones, es un paso adelante y sienta un peligroso ejemplo para las clase capitalista en todo el mundo. Ellos ahora temen que el candidato de izquierda nacionalista en Perú, Humala, gane la segunda vuelta electoral, y esto pueda ser seguido por el retorno de antiguo presidente Nicaragüense, el líder Sandinista Daniel Ortega, en Noviembre, todo con el apoyo de Hugo Chávez.

Comienzo ambiguo

Muchos temían que Evo Morales, quien ganó las elecciones presidenciales en la primera vuelta, en diciembre pasado, sería un nuevo Lula, o Gutierrez (quien llegó al poder en Ecuador después de un movimiento de masas, giró a la derecha, y fue sacado del cargo por otro movimiento de masas, el año pasado), siguiendo el mismo camino neo liberal, traicionando el movimiento que lo llevó al poder. En su primera visita al extranjero, Morales hizo todo lo que podía para calmar a los gobiernos en países como España, Argentina y Brasil. Morales explicó que su prometida nacionalización de los hidrocarburos no significaría ninguna expropiación o confiscación, que las compañías privadas tendrían derecho a beneficios, pero que el país necesitaba "socios no patrones".

Las promesas de incremento del sueldo mínimo de 200% no fueron cumplidas, pequeños aumentos de salarios fueron entregados a profesores y trabajadores de la salud, y los trabajadores aéreos en huelga que exigían la nacionalización de la compañía ‘Lloyd Aereo Boliviano’ en bancarrota se encontraron con la intervención militar de los aeropuertos.

Sin embargo, la presión del movimiento de masas obligó a Morales a tomar alguna acción, o arriesgar el mismo destino de los anteriores presidentes bolivianos, Lozada en 2003, y Mesa en 2005, ambos forzados a renunciar por enormes luchas de la clase trabajadora.

De acuerdo con Kennedy Alentar, columnista del periódico brasileño Folha de São Paulo, cuando Lula habló privadamente con Evo Morales en la reunión con Hugo Chávez, Presidente de Venezuela, junto con el Presidente Kirchner, en Argentina, Lula se quejó por la manera en que se llevó a cabo la nacionalización. Dijo que no hubo ninguna noticia dada anticipadamente y que se usó al ejercito. Kennedy Alencar dijo, "Evo Morales replica que tenía que hacer un gesto político para evitar una temprana desestabilización, Bolivia ha tenido cuatro presidente en cuatro años". Aparentemente, Morales también agradeció a Lula por su reacción de mutismo y señaló la posibilidad de no llevar a cabo un alza del precio del gas hasta después de las elecciones en Brasil, para no cañonear el barco de Lula.

La nacionalización a medias

El decreto 28 701 habla de ser la tercera y "definitiva" nacionalización de los hidrocarburos, donde el estado "recupera la propiedad de todos los hidrocarburos producidos en el país". Pero, en realidad, no va tan lejos como las previas nacionalizaciones. En 1937, Standard Oil fue nacionalizada, y en 1969, Gulf Oil. El nuevo decreto dice: "El estado toma el control y la gestión sobre la producción, transporte, refinado, almacenamiento, distribución, venta e industrialización de todos los hidrocarburos en el país". Pero, al mismo tiempo, no da marcha atrás completamente a la privatización de 1996, Las compañías privadas reciben 180 días para renegociar los contratos. El decreto sostiene que las cinco compañías que fueron vendidas, reduciendo la compañía estatal, la YPFB (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos) a la nada, serán transformadas en empresas mixtas. Esto significa que la compañía estatal tendrá una posición de control de las acciones (de 50% más una).

Que pasará con las otras compañías no está claro. Mucho dependerá de la auditoria que será efectuada durante el periodo de transición, y de las negociaciones con las multinacionales. Pero ello también dependerá de la presión de las masas. El proceso está incompleto y hay una posibilidad de forzar a Evo Morales ha ir más lejos de lo planeado.

El decreto está en gran parte basado en la "ley de hidrocarburos" del ex presidente Mesa, que provocó su caída. Una diferencia es que un nuevo impuesto del 32% será implementado, llevando los impuestos totales al 82% durante el periodo transicional. Pero esto solamente afecta a los mayores campos de gas, como San Alberto, San Antonio (Petrobras) y Margarita (Repsol), mientras que el anuncio publicitario en TV del gobierno dando a conocer el decreto da la impresión que el nuevo impuesto es sobre todas las compañías de petróleo y gas. Las otras compañías continuaran pagando 50% en impuestos. El dinero de los nuevos impuestos, que se estima darán un ingreso de US$320 millones (estas cifras pueden ser exageradas, ya que los nuevos impuestos son solamente sobre parte de la producción y solo están garantizados por seis meses) y se supone que irán a revitalizar a YPFB. Parte de ellos posiblemente irán a pagar el 50% de las acciones que el estado quiere en sus manos. ¡Así que posiblemente eses dinero irá de vuelta a las multinacionales!

El artículo en el decreto que trata del retorno del 50% de las acciones, más una, es diferente al artículo de la Ley de Hidrocarburos de Mesa. Pero la Ley de Hidrocarburos ya sostiene que las acciones en los Fondos de Pensiones creados durante la privatización serán transferidos a YPFB. Por ejemplo, una de las compañías es Transredes (que opera oleoductos) En esa compañía, 50% de las acciones son propiedad de Shell y Prisma Energy (Enron), 34% del Fondo de Pensiones, y 16% de otros. Así que solamente se necesita 17% para añadirlo al 34% de los Fondos de Pensiones para garantizar la participación del 51% para YPFB. De acuerdo con Econoticiasbolivia.com, funcionarios de gobierno estiman la participación en otras compañías que serán "nacionalizadas" podría ser incluso menor, hasta un 3% de las participaciones.

Los impuestos reales pagados por las compañías de petróleo y gas son menores que el 50 o 82% citado por el gobierno. De acuerdo con las estimaciones más optimistas del gobierno, el ingreso por impuestos de los hidrocarburos subirán a cerca de US$750 millones como resultado de la "nacionalización". Pero el ingreso total de la industria del petróleo y el gas es de US$3500 millones de dólares, de acuerdo con Econoticiasbolivia.com.

La diferencia más importante entre Mesa y Morales, es que Morales es visto como levando a cabo cambios realmente, incluso si solo es a medias. De hecho, las medidas de Morales no son una ruptura con el capitalismo. Las medidas son presentadas en las vestimentas de la "soberanía nacional", y tienen el objeto de devolver recursos al estado boliviano, que sigue dominado por la elite capitalista del país.

En Noruega, por ejemplo, existe monopolio estatal total de los recursos petroleros. Gran Bretaña, recientemente también subió los impuestos a la producción del petróleo del Mar del Norte, de 40 a 50%. El decreto de Morales, incluso si está inspirado en las políticas de Hugo Chávez en Venezuela, lleva a Bolivia a una situación más cercana a la que existe en Brasil (a pesar de los procesos de privatización seguidos por el gobierno de Lula)

Pero las potencies imperialistas no están preparadas para aceptar ni siquiera estas medidas limitadas. Condoleezza Rice, la secretaria de estado de EE.UU., llamó a Evo Morales un "demagogo". La razón no se debe a las cuestiones materiales inmediatamente en juego. Las multinacionales solo han invertido US$3.5 a US$4 billones en gas y petróleo boliviano desde la privatización. En realidad lo que teme el imperialismo es son los efectos de llamado político del giro de Morales, con el riesgo que el "Chavezismo" sea exportado a otros países Latinoamericanos.

¿Se irán las multinacionales?

A pesar de tener las segundas reserves más grandes de gas natural en América Latina, Bolivia es un productor más bien pequeño y tiene un mercado aún más chico. La mayoría de las compañías tienen una operación limitada en Bolivia. Por ejemplo, British Gas tiene solamente 2% de su producción, y 3% de sus reservas allí. La situación es diferente para Venezuela, que es el quinto más grande productor de petróleo en el mundo, y que tiene grandes reservas (algunos estiman que si se incluyen las reservas de petróleo extremadamente pesado, que ahora es posible extraer, Venezuela ahora podría tener las mayores reservas en el mundo)

La compañías multinacionales invirtieron US$17 billones (inversiones que ahora valen US33 billones) en la región del Orinoco en Venezuela, solamente, que cuenta con un cuarto de la producción total. Así que Bolivia no está en la misma posición para dictar condiciones como Chavez, quien puede usar las enormes reservas y altos precios del petróleo como elementos de regateo.

Sin embargo, Bolivia ha sido un país extremadamente barato para producción de petróleo y gas. Incluso con impuestos más elevados, el costo de producción es muy bajo. Los costos de producción de Repsol y Amoco en Bolivia son los más bajos entre 200 compañías monitoreadas en el mundo, de acuerdo con la revista ‘Global Upstream Performance Review 2003’. El costo equivalente a un barril de petróleo para Repsol es de solo US$1, y para Amoco, 97 centavos, comparados con una media mundial de US$8.58

La situación es algo diferente para la española Repsol, que ha invertido US$1.2 billones desde 1997 y tiene 18% de sus reservas y 11% de su producción en Bolivia. Lo mismo es cierto para Petrobrás y Brasil.

La empresa de propiedad estatal Petrobrás y el gobierno de Cardoso (predecesor de Lula) hicieron un movimiento estratégico dentro de Bolivia, en 1996, para aumentar el suministro de gas como fuente de combustible barato. Petrobrás invirtió US$1.5 billones desde 1996, y es de lejos la compañía más importante en Bolivia. Petrobrás solamente, tiene una facturación en el país que llega al ¡18% del PIB nacional! ¡Petrobrás paga el 24% de todos los impuestos y controla el 35% de las exportaciones totales de Bolivia! La compañía controla el 46% de los recursos de gas, 95% de la capacidad de refinado, y 100% de la gasolina que se vende en el país,

Para garantizar una gran participación del gas barato, la compañía firmó un contrato muy favorable, en el cual paga por una cantidad fija de gas por años, mientras en la realidad importa menos a Brasil. Durante un periodo de cinco años, Pedtrobras importó 18 millones de metros cúbicos por día, pero, en realidad, pagó por 25 millones de metros cúbicos. Por supuesto no hizo esto por razones de caridad con los bolivianos. El estado solo recibió 18% de esto, el resto fue a Total (Francia), Repson (España), Amaco (EE.UU.), Enron (EE.UU.) … ¡y Petrobrás!

El resultado es que ahora Brasil es totalmente dependiente del gas boliviano, que representa al menos 51% del consume total en Brasil. 75% del gas boliviano va a Brasil. Así, incluso si Petrobrás esta amenazando con paralizar la inversión en Bolivia, no puede simplemente abandonar sus compromisos.

Es irónico que el intento del ex-presidente Sánchez de Lozada que se movió para acordar un oleoducto hacia Chile, que hubiera abierto la posibilidad de exportar gas licuado a otros países, y hubiera hecho al país menos dependiente de Brasil, provocó su caída, y el acuerdo fue detenido. El periódico chileno La Nación, escribe que Chile tiene la esperanza de importar más gas de Bolivia y que el país podría pagar el doble de la suma actual.

¿Es suficiente?

La nacionalización de los hidrocarburos es ampliamente percibida como la última esperanza de acabar con las condiciones de pobreza que existen. ¿Será la nacionalización de Evo Morales suficiente para transformar la situación de las masas pobres? Desafortunadamente, la respuesta es no. Bolivia tiene muchas menos reservas de gas que Venezuela, y menos del petróleo más rentable. Y ni siquiera las enormes reservas de Venezuela han sido suficientes para transformar las vidas de los pobres. Sin romper con el capitalismo, y desarrollar un plan de producción socialista, Chávez está limitado en lo que puede hacer, a pesar de las reformas importantes que ha implementado. La inmensa mayoría en Venezuela sigue viviendo en la pobreza.

Incluso si el nuevo impuesto de 32% se destinara completamente al gasto estatal, y no para relanzar YPFB, el estado todavía tendría déficit. Y para mantener la producción de petróleo y gas se necesitan grandes inversiones y conocimiento técnico. Chávez está dispuesto a ayudar mediante PDVSA venezolana de propiedad estatal, pero incluso Venezuela es dependiente de la inversión extranjera.

Para obtener más recursos para reformas sociales, Evo Morales anunció su intención de levar el precio del gas exportado en un 61%, que dará un ingreso extra bienvenido de US$600. Lula ha dicho categóricamente "No habrá aumento de precio", que el contrato solo da la posibilidad de un ajuste de precios cada cinco años. Pero también dijo que "todo puede ser negociado". Lula también dijo que si Bolivia aumenta el precio del gas, entonces Petrobrás absorvería el costo, no los consumidores.

El gas boiliviano es barato. En Folha de São Paulo, el columnista, Clóvis Rossi, da el ejemplo que el gas californiano es 6 a 7 veces ¡más caro que el gas en Bolivia!

En resumen, Brasil no tiene ninguna alternativa. El país puede importar gas licuado de otros países, pero el precio sería casi el mismo que el gas de Bolivia, incluso con el aumento de precios. Importarlo de cualquier parte requerirá la construcción de instalaciones para deslicuar el gas, que tomaría tiempo, y una inversión de US$300 a US$400 millones. Brasil tiene sus propias reservas de gas, pero los nuevos campos solo comenzaran a producir en 2008. Y aunque los recursos de gas de Brasil son bastante sustanciales, la producción proyectada de esos campos no será suficiente para satisfacer la demanda. Esto especialmente porque muchas industrias brasileras usan gas como combustible, la mayoría de las nuevas plantas eléctricas se alimentan con gas, y Brasil también tiene el mayor número de vehículos a gas en el mundo.

Todo esto muestra que no hay salida de la crisis social, para cualquier país, sobre una base capitalista. La necesidad de desarrollar e integrar el sistema de energía en América Latina es urgente, pero debe ir más allá de la lógica del capitalismo y el mercado.

En esta situación es vital que los socialistas brasileños no solo den apoyo al derecho de los bolivianos a nacionalizar, sino que también levantar cuestiones de clase y una revolución socialista, esto incluye la situación brasilera. Lo mismo se aplica a Venezuela.

El PSOL (Partido del Socialismo y la Libertad – el Nuevo partido amplio que Socialismo Revolucionario, CIT en Brasil, está ayudando a construir) debe levantar la necesidad de revertir el proceso de privatización de Petrobrás en Brasil. Cardoso privatizó la mayoría de sus acciones. El estado brasilero (incluido el Banco de Desarrollo de propiedad estatal) solo tiene 39.8% del capital, a pesar de tener el 57.6% de las acciones con derecho a voto. La compañía es gestionada de acuerdo a criterios capitalistas, con grandes dividendos yendo a los accionistas, y está listada en la Bolsa de New Cork. El año pasado, Petrobrás hizo ganancias por 23.7 Billones de Reales (US410.1 billones), un incremento del 40%. Esto significa que Petrobrás, sola, tiene ganancias mayores que el PIB de Bolivia! De estos, casi un tercio (7 billones de Reales) es distribuido a los accionistas como dividendos. Esto, solamente, es el doble de lo invertido por Petrobrás en Bolivia desde 1996!

El gobierno de Lula no revirtió la privatización, e incluso continuo el remate de los campos petroleros. Ha habido una enorme propaganda en Brasil por Petrobrás y el gobierno que sostiene que el país, por primera vez, es autosuficiente en petróleo. Pero una parte cada vez mayor de este va al bolsillo de la gran empresa.

La verdadera nacionalización requiere control y gestión de los trabajadores

La verdadera nacionalización en Bolivia, o Venezuela o Brasil, a este respecto, solo será posible cuando vaya a la par con una transformación socialista de la sociedad. Mientras haya capitalismo, la nacionalización será parcial, dependiente del mercado, y bajo amenaza de privatización. Los planes de Chávez de crear Petrosul, como una compañía de petróleo y gas para toda América Latina, o la construcción de 8.000 kilometros de gasoductos conectando Venezuela, Brasil, Bolivia y Argentina, sebería vincularse al control y gestión de los trabajadores, un plan socialista de producción, y una federación socialista de América Latina. De esta manera sería posible combinar los recursos de Petrobrás, PDVSA y YPFB, dando la capacidad de desarrollar la producción en beneficio de todos los trabajadores, no de la ganancia. Esas compañías deben ser nacionalizadas completamente, con compensación solamente para los pequeños ahorristas comprobados. El control y la gestión de los trabajadores significan que los directorios de esas empresas deben estar compuestas de representantes de los trabajadores en la empresa, del movimiento de trabajadores en general, y también representantes del gobierno de trabajadores y campesinos. Esto asegurará que las opiniones de los diferentes sectores de la clase trabajadora serán consideradas, expresando la necesidad de trabajo, desarrollo, salvaguarda del medioambiente etc.

Desafortunadamente, esto no es lo que Chávez está desarrollando en Venezuela, o lo que está haciendo Evo Morales. Evo Morales, solamente está declarando la nacionalización desde el punto de vista de "los intereses nacionales". Pero, ¿que significa esto en un país que sigue controlado por una elite corrupta, conformada por capitalistas y hacendados, que diariamente implementa los deseos de las potencias imperialistas? En realidad, Morales está adoptando un enfoque nacionalista, sin vinculo con un programa socialista. El describe el decreto de privatización de 1996 como una "traición a la patria"! Esto está ligado a una visión "etapista" de cómo llegar al socialismo en el largo plazo. El Vicepresidente de Bolivia, Álvaro Garcia Linera, un "teórico" del gobierno, dice que el socialismo no es viable en Bolivia por los próximos 50 o 100 años. Mientras tanto, lo que es necesario es desarrollar una "Capitalismo Andino-amazónico".

Es imposible imaginar siquiera la idea de una clase capitalista progresista "Andina-amazónica" en Bolivia. La clase capitalista en Bolivia es pequeña, débil, y sujeta a la voluntad de las potencias imperialistas. Solamente rompiendo con el sistema capitalista, y comenzando una verdadera integración sobre una base socialista en América Latina puede abrirse un nuevo futuro para las masas trabajadoras pobres del continente. La lucha contra el neo liberalismo, en país tras país, en el continente, ya es una gran fuente de inspiración para los trabajadores y jóvenes alrededor del mundo. Un verdadero gobierno socialista en uno de esos países electrificaría la situación en todo el continente y más allá.

Petrobras y Bolivia

El año pasado, Petrobras tuvo beneficios de 23,7 billones de Reales (US$10.1 billones) – un aumento del 40%. Esto significa que Petrobras, sola, tiene ganancias superiors al PIB de Bolivia! De esto, casi un tercio, 7 billones de Reales, es distribuido a los accionistas como dividendos. Esto es el doble de lo invertido por Petrobrás en Bolivia desde 1996!

La necesidad de un Partido Revolucionario

Evo Morales representa el ala más moderada del movimiento de masas que ha conmovido Bolivia desde 2003. En octubre de 2003, cuando cerca de 80 personas fueron muertas durante las protestas de masas que llevaron a la caída del presidente Sánchez de Lozada, Morales ni siquiera estaba en el país. El movimiento fue contra los planes de Sánchez de Lozada de construir un gaseoducto a un puerto en Chile, desde donde el gas podría ser exportado de forma licuada (LNG) a EE.UU. y a México. El sentimiento generalizado entre las amplias masas era que los recursos naturales serían, una vez más, saqueados a favor del capitalismo extranjero, mientras dos tercios del país vivía en la pobreza. El petróleo y el gas fueron privatizados en 1996, y los impuestos disminuidos de un 50% a 18%.

El movimiento levantó la bandera de la nacionalización, exigiendo la expulsión de las multinacionales, y que las riquezas del país fueran usadas para sacar a la población de la miseria. Mientras el partido de Evo Morales, MAS (Movimiento al Socialismo), jugó un papel menor en el movimiento, él rápidamente dió apoyo al Nuevo presidente, Mesa (ex vicepresidente de Sánchez de Lozada).

Cuando Mesa llamó a referéndum, en Julio de 2004, sobre los recursos de petróleo y gas, el ala más radical del movimiento, como la radical central sindical, COB, llamó al boicot, diciendo que las ambiguas preguntas del referéndum eran una manera de desviar al movimiento. Evo Morales apoyó el referéndum y como resultado fue expulsado de la COB. En el referéndum, el 95% votó a favor de la nacionalización, lo cuyal llevó a la "ley de hidrocarburos" de Mesa, en mayo de 2005. La ley fue considerada insuficiente y encendió un nuevo movimiento que llevó a la renuncia de Mesa. El Tribunal Constitucional determinó que todos 76 los contratos efectuados con compañías de petróleo y gas extranjeras, desde 1996, eran ilegales. Para los activistas esta fue la prueba que las multinacionales deberían ser expulsadas del país, y todo el sector nacionalizado. La ley de Mesa les daría la posibilidad de rescribir y legalizar sus contratos, mientras se subían de vuelta los impuestos del 18al 50%. La posición de Evo Morales vacilaba entre simplemente querer una implementación más rígida del 50% de impuestos (sin las muchas excepciones propuestas por Mesa), hasta levantar la consigna de la nacionalización debido a la presión de las masas.

Errores de la dirección de la COB

Cuando el movimiento de masas estaba en su cima, y la autoridad del parlamento de Bolivia, totalmente desacreditada, la dirección de la COB comenzó a levantar la necesidad de un gobierno de obreros y campesinos. La COB y la Fejuve (la organización de asociaciones vecinos, que organiza a los habitantes pobres en El Alto, el barrio pobre de La Paz) hablaron sobre establecer una Asamblea Popular, como una alternativa al gobierno y al parlamento, en un mitin de masas con 400.000 participantes, el 6 de junio de 2005. Pero esas ideas no fueron puestas en práctica. Mesa renunció como una manera de salvar el sistema, y una vez Morales y el MAS dieron apoyo a una salida institucional y "segura" a la crisis.

La falta de una alternativa política clara, en la forma de un partido revolucionario con apoyo de masas entre los trabajadores y campesinos pobres, y el apoyo a una alternativa socialista, permitió que la clase dirigente retomara el control de la situación. La dirección de la COB jugó un papel relevante en la construcción del movimiento pero no dio pasos efectivos en la construcción de este partido que pudiera desafiar al MAS. También carecieron de entendimiento de los flujos y reflujos del movimiento, lo que llevó a importantes errores tácticos. Cuando el movimiento amainó en la segunda parte de 2005, las esperanzas se dirigieron directamente a las elecciones convocadas para el 18 de diciembre. En lugar de presentar sus propios candidatos obreros a las elecciones, la COB y otros movimientos radicales llamaron al boicot. Pero sin estructuras de poder alternativas, tales como las "asambleas populares", la mayoría de la gente no quiso desperdiciar su oportunidad de manifestar su opinión. Evo Morales perdió solamente por 40.000 votos en las elecciones presidenciales de 2002. Ahora había una nueva oportunidad para elegir al primer indígena presidente del país, si no en todo el continente. Una clara manifestación que el boicot fue un error fue el hecho que el MAS obtuvo el 88% de los votos en El Alto, el principal foco del movimiento de masas antes, durante el año. Evo Morales obtuvo una victoria abrumadora, con 54% en la elección presidencial, y una mayoría en el Congreso.

La COB y otros movimientos dieron al Nuevo gobierno un corto plazo, tres meses, para nacionalizar los hidrocarburos y amenazaron con recomenzar las protestas masivas si esto no era hecho. Esto probablemente fue una periodo demasiado corto dados el nivel de conciencia entre la población. La dirección de la CON subestimó el impacto hecho por la elección de Evo Morales. El hecho que el pueblo indígena, por primera vez, tuviera "uno de los suyos" en la más alta posición en el país, más importante tratándose de un presidente que habla de la necesidad de una Asamblea Constituyente que "refundaría" el país, deshaciéndose de 500 años de colonialismo, que implementa medidas "populares" incluso si solo simbólicas, tales como la reducción de los salarios de los políticos a la mitad y echando a patrones estatales corruptos, y esto tuvo un efecto importante. La gente estaba lista para dar a Morales una oportunidad. Los dirigentes de la COB lanzaron planes para una Asamblea Constituyente alternativa y llamaron a una "huelga general" el 21 de abril, pero solo unos pocos salieron a una manifestación.

Sin embargo, incluso si la dirección de la COB está debilitada temporalmente, esto no significa que las masas han olvidado las promesas sobre la nacionalización. Para asegurar su victoria en las elecciones a la Asamblea Constituyente, en julio, Evo Morales tenía que actuar.

También anunció otras medidas. Una de las leyes del trabajo neo liberales, el artículo 55 del decreto 21060, será abolida. Esta daba a los patrones el derecho de despido sin justificación. Pero esto cambiará la situación de muy pocos. Solo la quinta parte de todos los que están empleados tienen empleos oficiales estables por los cuales se pagan impuestos y seguridad social. El salario mínimo será incrementado en 13.5% de 440 a 500 Bolivianos. Esto está muy lejos de los 1500 Bolivianos que Evo Morales prometió durante la campaña electoral, una promesa de la cual se distanció. Y muchos incluso no se beneficiaran de esto (por ejemplo, 27% en las áreas urbanas gana menos que el salario mínimo)

Evo Morales también ha dicho que la nacionalización de los hidrocarburos es solo el comienzo. La nacionalización de las tierras, minas y bosques le seguirá. Pero ya está claro que la "nacionalización" de la tierra va a ser limitada. Los grandes terratenientes no van a ser tocados, solo las "tierras ociosas" y los contratos ilegales. Pero esto todavía atemoriza a los cultivadores brasileros de soya, que controlan el 35% de la soya producida en Bolivia, la segunda commodity de exportación más importante del país.

Respecto a las minas, Evo Morales no ha suspendido la puja por los recursos de hierro y magnesio en El Mutun, incluso si la corrupta compañía brasileña EBX ha sido expulsada del área. Se estoma que el 70% de los recursos mundiales de magnesio están en El Mutún.

La dirección del MAS está utilizando la situación para tratar de aislar y reemplazar a los líderes más radicales del movimiento con sus propios partidarios. Tuvieron éxito en reemplazar a Felipe Quispe, quien era muy crítico de Evo Morales, como el líder de la federación de pequeños campesinos. Evo Morales trató de incorporar representantes de la Fejuve en el gobierno, pero debido a esto ellos fueron obligados a renunciar a sus cargos en el movimiento. El próximo congreso de la COB, que se pospuso hasta el 25 de mayo, será testigo de una lucha de poder.

El objetivo de Morales es conseguir una mayoría de dos tercios en las elecciones a la Asamblea Constituyente, y al igual que Chávez poder reescribir solo la Constitución. Los sectores socialistas y revolucionarios del movimiento tienen que mostrar las limitaciones de las medidas de Morales, abriendo un dialogo con aquellos que han tenido ilusiones en el nuevo presidente del país. La presentación de sus propios candidatos a la Asamblea Constituyente, representando a las organizaciones más luchadoras, sería un paso importante en la construcción de un partido revolucionario, socialista genuino, para los trabajadores y pobres de Bolivia.

 

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