Grecia: Un banco de pruebas para la “austeridad” y la resistencia

En una visita a Grecia a principios de junio, Peter Taaffe, secretario general del Partido Socialista asistió a una reunión del comité central de Xekinima, la sección griega del Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT). Aquí Peter refleja el análisis hecho durante la reunión y los argumentos de los miembros de Xekinima, particularmente de Andros Payiatsos, secretario general de Xekinima.

Una nueva y dramática fase

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"Grecia es el canario de la mina”, escribió Hamish McRae, comentarista económico para el diario británico The Independent. El capitalismo británico, particularmente el gobierno de coalición entre conservadores y liberaldemócratas, mayoritariamente de millonarios, y las clases dominantes de toda Europa, están observando cuidadosamente la épica batalla que se está desarrollando en los centros de trabajo, en las calles y en el movimiento obrero de Grecia. Están comprobando tanto literalmente como metafóricamente cuánto “sufrimiento” puede soportar la clase trabajadora griega – reforzado por una fuerte dosis de represión de la policía estatal y acompañado de gas lacrimógeno – antes de que “expire”, es decir, que capitule al ataque del capital.

Puede que Grecia constituya solamente el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona, y el 0,5% de la producción mundial, pero su peso específico en esta etapa crucial en mucho más grande, tanto para los capitalistas como para la clase trabajadora de Europa. El país ha entrado en una nueva era con cuatro huelgas generales en los últimos 5 meses. La última, el 20 de mayo, representó la mayor entrada de la clase trabajadora en la escena de batalla desde el derrocamiento de la dictadura militar en 1974.

Una reliquia de esa dictadura, el brigadier de 98 años Stylianos Pattakos, ha salido a escena para aseverar: “Los griegos no son disciplinados como los alemanes o los británicos. Necesitan autoridad.”

Extrema derecha

Pero la vuelta de los tanques y la dictadura no está en la agenda inmediata, dado el amplio descrédito de la junta entre el pueblo griego. Aún así, la extrema derecha y los fascistas griegos han subido levemente en las recientes elecciones, estimulados por una campaña violenta y sin piedad contra los refugiados e inmigrantes. La extrema derecha y los fascistas incluso han conseguido introducirse en la base de algunas organizaciones obreras, como la de los trabajadores del autobús de Atenas.

Sin embargo, en este momento, el péndulo político en Grecia se está moviendo decisivamente hacia la izquierda. No obstante, el auge de la extrema derecha es un aviso de que si el descontento no se encauza hacia un programa claro de izquierdas y socialista, y a un claro polo de atracción política de izquierdas para las masas, como en otros países de Europa, la extrema derecha podría avanzar, posiblemente de manera substancial.

El sentimiento predominante en el pueblo griego – tanto en la clase media con en la clase trabajadora – es de un odio visceral al rico. Ha salido a la luz que menos de 15.000 griegos declaran rentas por encima de las 100.000 libras esterlinas. Y esto a pesar de que muchos más viven obviamente en condiciones mucho más opulentas en los alrededores de Atenas y otras grandes ciudades, y están, obviamente, defraudando impuestos.

Para apaciguar a la opinión pública, el gobierno de Pasok, anteriormente un partido de los trabajadores, anunció una nueva “iniciativa” para buscar a los propietarios de piscinas a través de Google Earth y mostrar dónde viven los ricos. De pronto, los ricos invirtieron en hierba artificial, y usaron el camuflaje y el asfalto para esconder sus obligaciones fiscales de los “espías del espacio”.

La economía sumergida – que incluye, mayoritariamente, la evasión de impuestos de las capas ricas y profesionales – constituye el 30% de toda la economía según estimaciones conservadoras. Incluso el Primer Ministro George Papandreou a la cabeza de su gobierno “socialista”, mientras ataca a aquellos que no son responsables, se retuerce las manos declarando: “Mi ira es grande cuando veo la tragedia del saqueo de la riqueza del pueblo griego.” El ardiente sentido de injusticia es reforzado por la implementación de unos ataques a las condiciones de vida impuestos desde el extranjero a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).

Primer Ministro griego George Papandreou

En una encuesta de opinión, el 88,9% condenaba a los ricos como responsables de la crisis. Aún así, su peso es infligido sin piedad sobre los pobres y la clase trabajadora. El último ataque a las pensiones representará un recorte estimado entre el 30% y el 50%. Los salarios del sector público han sido recortados entre un 20% y un 35% desde principios de año. El salario mínimo para nuevos trabajadores, que afecta masivamente al sector privado y a los recién llegados al sector público, ha sido recortado desde 740 euros brutos (antes de impuestos y contribuciones al seguro sanitario y pensiones) a solamente 590 euros. Y esto en un tiempo cuando una visita a cualquier supermercado de Atenas mostrará que los precios no son más bajos, por no decir algo peor, que en cualquier otra gran ciudad europea.

En muchos centros de trabajo, los sueldos no se están pagando, un eco de lo que se vio en la Unión Soviética después de hundimiento en los años 1990, y que se encuentra presente en países como Kazajistán. La inseguridad y los contratos de corta duración afectan a grandes proporciones de la población activa. Los bomberos, por ejemplo, que están contratados en su mayoría en contratos temporales renovados anualmente a pesar de su papel fundamental en su lucha contra los continuos incendios en Grecia, han visto sus contratos de ocho meses recortados escandalosamente a contratos de siete meses.

Para sostener su posición, los capitalistas europeos repiten las mentiras de los capitalistas griegos acerca del ‘lujoso’ estilo de vida de los trabajadores griegos. Los llamados “decimotercero” y “decimocuarto” meses en el salario anual (Nota de la traductora: pagas extras), han sido vilipendiados en Alemania, Gran Bretaña y otros lugares como un ejemplo de esto.

Esto completamente ignora, como ha apuntado Xekinima, que estos meses “extra” de paga son “complementos” a salarios y condiciones de vida abismalmente bajos y al nivel de la pobreza. Los tocadores del trombón han sido los últimos en ser atacados por, según se dice, querer retirarse a los 50 o 55 años porque ellos ya no pueden tocar sus instrumentos a esa edad.

Todo esto es una cortina de humo para cubrir el hecho de que si ahora puedes obtener un trabajo en la situación de rápido deterioro económico de Grecia, la renta media de millones de trabajadores no es más que la básica oficial de 740 euros al mes (unos 650 euros netos). Además, esta “generación de los 740 euros” incluye secciones substanciales de la clase media, particularmente de jóvenes, que habiendo trabajado ferozmente para aprobar los exámenes de acceso a la universidad y obtener un título, ahora se enfrentan a la perspectiva del desempleo o a buscar trabajo en el cada vez más deteriorado sector de los “McJobs”. La pobreza también golpea a los pensionistas griegos, de los que más del 65% recibe menos de 600 euros al mes.

La indignación masiva no solamente ha provocado huelgas generales sino también olas de huelgas en diferentes sectores. Apenas hay un sector que no haya estado en huelga en los últimos meses, y no solamente una vez: los trabadores del sector público han tenido dos huelgas generales de 48 horas; los trabajadores de autobuses, metros, trenes, de la electricidad, de los medios de comunicación, los estibadores y los profesores han tenido sus propias huelgas y manifestaciones aparte de la huelga general.

En el sector del transporte, he sido testigo de dos huelgas en Atenas en la misma semana. Significativamente, en un hospital los trabajadores aceptaron la propuesta de los miembros de Xekinima de participar en sentadas para protestar contra el no pago de las horas extras. En el curso de la última semana, esta forma de protesta se ha extendido al menos a 15 hospitales. Los periodistas – a pesar de la decisión de los líderes de su sindicato de trabajar durante los días de la huelga general – están empujando desde abajo para tumbar esta política, ir a la huelga, y “trabajar solamente para cubrir la huelga general desde el punto de vista de la clase trabajadora y sus movilizaciones”.

La importancia de estos movimientos de base no puede ser subestimada como un síntoma de lo que está ocurriendo en Grecia, que puede ser un presagio para otros países en Europa. Los líderes sindicales han sido ampliamente ridiculizados por su pasiva posición en las fauces de los ataques más brutales en Grecia probablemente de los años 1930, y ciertamente desde la II Guerra Mundial y la guerra civil.

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Respuesta masiva

Por una parte hay una respuesta masiva cuando los líderes de los sindicatos han usado su autoridad para convocar una huelga. Pero el enfado hacia ellos es tan grande que, por ejemplo, el presidente de la GSEE (Confederación General de Trabajadores Griegos), Panagopoulos, no puede hablar en las concentraciones y manifestaciones. Es abucheado o incluso atacado físicamente, no solo por los trabajadores políticamente más avanzados, sino también por la masa de los trabajadores. Hay impaciencia por un programa claro de acción para movilizar todo el poder de los trabadores griegos y derrotar el régimen de austeridad del gobierno y los capitalistas.

Algo similar fue visto en España e Italia en el pasado, cuando la inacción de los líderes sindicales hizo que se encontraran con trabajadores frustrados que les lanzaban barro – y algunas veces misiles hechos de material más firme.

Tened cuidado vosotros los líderes sindicales ‘moderados’ de Irlanda, Gran Bretaña y el resto de Europa. ¡Grecia está a punto de llegar! El carácter del movimiento obrero en el norte de Europa puede ser algo diferente al del sur de Europa. El trabajador británico, por ejemplo, con sus tradiciones pragmáticas y su resistencia a generalizar debido a la historia de su país, puede tardar en moverse. Pero, cuando lo hace, puede hacer temblar los cimientos de la sociedad.

Los trabajadores griegos han hecho esto en el pasado con el arma de la huelga general. Ésta será adoptada por la clase obrera europea, con la posibilidad de huelga generales, primero en el sector público. Un choque masivo entre clases es inevitable, dada la escala de los recortes en los déficit presupuestarios, que se está dando ahora prácticamente en cada país de Europa. Incluso el pequeño país de Luxemburgo vio recientemente a su gobierno casi caer debido a la oposición a los planes de recortes del presupuesto.

Los escenarios económicos del mundo y Europa no son los de color de rosa que los economistas capitalistas han pintado hasta hace poco. En lugar de un retorno a la situación anterior a la crisis, cualquier recuperación será anémica, como el CIT ha argumentado constantemente.

Los países más expuestos no solo experimentarán una situación de no creación de empleo, sino de destrucción de empleo. El desempleo está subiendo en Grecia, con unos niveles oficiales del 12%, pero incluso el ministro de empleo admite que la cifra real es del 20%. Además, la cifra media de desempleo oficial en Europa y América es del 9-10% (en realidad, es el doble en los Estados Unidos) con la tendencia de que esto se convierta en una situación permanente. Verdaderamente, el capitalismo se encuentra en un callejón sin una fácil salida.

La amenaza de una nueva crisis bancaria

La crisis de las deudas estatales que está golpeando severamente Grecia y el sur de Europa, tiene una dimensión pan-europea. Los bancos europeos están expuestos a esta crisis con su tenencia de bonos de deuda pública por valor de un 80% del PIB de toda Europa.

Por lo tanto, una nueva crisis bancaria se cierne sobre Europa, especialmente si uno de los países (como Grecia) entra en suspensión de pagos – y alguno entrará muy probablemente, en algún momento – y el contagio se extiende a lo largo del sur de Europa y después al resto del continente. El paquete de rescate de 750.000 millones de euros para Grecia y otros países expuestos introducido por el BCE y el FMI hace solo unas semanas pudo, quizás, poner un colchón temporal a Grecia y el euro.

Sin embargo, el euro continúa cayendo en los mercados mundiales. Es muy dudoso que el paquete de “shock y miedo” pueda por sí mismo evitar otro derrumbe económico o un ataque de la “jauría de lobos” de los especuladores contra Grecia u otros países. Grecia puede quizás escapar este año de la suspensión de pagos y la salida del euro este año, pero estará bajo una gran presión el próximo año. Por esto la clase dirigente de Grecia, en consorcio con sus homólogos europeos, están removiendo cielo y tierra para forzar a los trabajadores griegos a tomar la medicina prescrita.

Muchos trabajadores griegos ya eran pobres antes del comienzo de la crisis, y han experimentado durante 25 años (desde 1985) algún tipo de “plan de austeridad” tras otro en nombre de la “estabilización” y la “competitividad”. Esto es visible para cualquier observador: grupos de inmigrantes y trabajadores pobres ocupan casi cualquier espacio libre en los parques de las zonas más pobres de Atenas. El país se enfrenta a la amenaza de un empobrecimiento masivo, con sustanciales secciones de la población ya en esta situación.

Es ésta la situación explosiva donde el claro análisis y los eslóganes combativos de Xekinima han encontrado un eco entre las secciones políticamente conscientes de la clase obrera, al igual que en capas más amplias. En particular, el eslogan de “no paguemos la deuda” – vinculando con la nacionalización de los bancos y el socialismo – ha dado en el blanco. Inicialmente, los líderes de los partidos de izquierda, particularmente el Partico Comunista (KKE) rechazaron apoyar esta demanda.

En el caso del KKE, emplearon un propagandismo abstracto, abogando meramente por un futuro sistema económico alternativo, insinuando “socialismo”, pero sin decirlo claramente y fracasando en vincular este objetivo con eslóganes combativos para este momento. Otros simplemente propusieron reestructuración de la deuda, o la salida de la Unión Europea y el euro.

Si Grecia se retira o es forzada a salir del euro, argumentan, tendrá la opción de devaluar su moneda. Podrá entonces desenterrarse de la crisis y crecer. Pero otros, como España, Portugal, etc. muy probablemente seguirían a Grecia. La competencia en devoluciones seguiría con similares políticas de “empobrecimiento del vecino”, como en los años 1930. Esto, en realidad, reforzaría la crisis económica.

Los partidarios del británico SWP (Sosialistiko Ergatiko Komma – SEK), que combinan las características de un saltamontes y una cotorra – bien conocidos por copiar de otros – rápidamente se ajustaron al estado de ánimo que se estaba desarrollando, y propusieron eslóganes que inicialmente habían sido planteados por Xekinima, pero sin entenderlos realmente.

Ellos declaran: “no paguemos a los banqueros”, “congelad la deuda” o incluso “congelad el pago de los intereses” – que, por supuesto, no es lo mismo que el rechazo al pago de la deuda. Algunas veces estos eslóganes contradictorios se han visto en las pancartas del SEK en la misma manifestación.

Rechazo al pago de la deuda

Plantear la necesidad de rechazar el pago de la deuda – que tiene un apoyo de un 32% de la población según recientes encuestas de opinión – indica que Grecia en este momento se encuentra quizás más cerca de América Latina que del resto de Europa, o incluso del resto del sur de Europa. De hecho, el ejemplo de los acontecimientos en Argentina al principio de esta década es el punto de referencia para los capitalistas griegos y sus representantes, pero también para los marxistas en las filas de Xekinima. En la actualidad, el 48% de los trabajadores griegos apoyan la nacionalización de los bancos.

Konstantinos Mitsotakis, anteriormente líder del principal partido de derechas, Nueva Democracia, y ahora su presidente honorario, recientemente expresó sus temores de que la situación de Argentina entre 1999 y 2002 se pueda repetir en Grecia. En este asunto, este reaccionario pero perspicaz representante de la clase dirigente, tiene razón.

El derrumbamiento económico que experimentó este país, dio como resultado una explosión de huelgas generales – ocho, de hecho – las rápidas sustituciones de un presidente por otro, ocupaciones de fábricas, y el saqueo de supermercados y almacenes de comida por las masas hambrientas. También llevo al descontento masivo de la clase media – muchos hacían cola en las embajadas de países europeos para dejar el país – mientras sus ahorros eran “confiscados”, o erosionados por la inflación.

No existe esta vía de escape para los trabajadores griegos. Xekinima señala que los eventos en Argentina podrían repetirse en Grecia cuando la crisis se profundice – como seguramente ocurrirá – con ocupaciones de centros de trabajo, e incluso una repetición de la “apropiación” de comida de los monopolios de los supermercados junto con la creación por las masas de comités.

Verdaderamente, Grecia, desde un punto de vista económico y, cada vez más, desde un punto de vista social, en este momento tiene elementos de una situación pre-revolucionaria. Si los ataques se intensifican, también lo hará la resistencia.

Pero, lo que falta en esta situación es un polo de atracción en la forma de un partido de los trabajadores amplio, socialista, de masas y combativo. Syriza, una coalición de izquierdas construida por el partido Synaspismos y alrededor de una docena de otras organizaciones de izquierda, parcialmente llenó este vacío por un tiempo. En cierto momento, su líder Alexis Tsipras y la coalición disfrutó de un apoyo del 18,5% en las encuestas de opinión. Pero Syriza fue frenada por el ala derecha de su coalición, particularmente por la cúpula de Synaspismos, y la falta de determinación y agallas por parte de la izquierda para luchar contra la presión del ala derecha. Esto llevó a un desencantamiento con Syriza – una respuesta a los discursos cada vez más vacíos de sus portavoces – y un abandono de sus filas.

Por esto, existe un interrogante sobre la continuidad de Syriza. Pero durante mi visita, la conferencia nacional de Synaspismos dio lugar a una ruptura por parte del ala derecha que tenía la mayoría de parlamentarios de Synaspismos.

Xekinima declaró inmediatamente que esto representaba una depuración de las filas de Synaspismos y abría grandes posibilidades, o al menos el potencial, de que Syriza desarrollara una fortalecida oposición de izquierdas por un programa combativo, anti-capitalista y socialista. Al mismo tiempo Xekinima ha enfatizado que la separación del ala derecha no empujará automáticamente a Syriza a la izquierda. Esto es un asunto por el que habrá que luchar dentro de Syriza, y Xekinima ya ha declarado que estará al frente de este lucha, como ya lo ha estado en las batallas internas dentro de Syriza. Esta lucha interna, por supuesto, estará ligada a los desarrollos de la lucha de clases en la sociedad en el siguiente periodo.

La separación del ala derecha – que tiene muchos ecos en la historia – es en sí misma un reflejo de la explosiva situación social. Podrían producirse más escisiones en todos los principales partidos. La derecha no tiene posibilidad de responder al impulso de las bases por un programa socialista de lucha.

En Francia en 1934, los “neo socialistas” del ala derecha, en una situación similar a la Grecia de hoy, se separaron del Partido Socialista. Fueron incitados a hacerlo por las repercusiones dentro de las filas del Partido Socialista ante la situación de los fascistas tomando las calles, que provocó una conmoción y movió el partido hacia la izquierda.

Un impulso similar fue proporcionado por la situación social de la Grecia de hoy. Xekinima ha apremiado a los líderes de Syriza, y especialmente a sus bases, a aprovechar la oportunidad para formular un programa claro y proporcionar a los trabajadores griegos una alternativa socialista de masas. Claramente, Grecia ha entrado en una nueva y dramática fase. Hay un gran potencial para el fortalecimiento de un genuino marxismo griego alrededor de Xekinima.

Esta oportunidad debe ser asida con ambas manos. Debe ser apoyada por todos en el CIT y por aquellos en el movimiento obrero europeo que esperan y están trabajando por la victoria de los trabajadores griegos. Esto podría ser parte de una victoria del movimiento obrero europeo contra los ataques del capital.

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