Venezuela: Revolución Socialista o Reacción Burguesa

Venezuela nunca fue importante para el Imperio Español como si lo fueron otras colonias como: Colombia (por su café), Perú (por su oro) o Bolivia (por la plata).

El Cacao se convirtió en el único producto importante de comercialización desde el siglo XVII y la explotación de este producto se realizó utilizando tanto a los esclavos traídos desde el África como a algunos indígenas, quienes soportaron el trato inhumano dado por los colonizadores y sus descendientes.

Posteriormente, debido a la guerra de Independencia (1811-1821), la economía enezolana quedó muy devastada, empeorándose aún más con la participación de los venezolanos en las guerras de independencia de otras colonias (Perú, Colombia, Panamá, Ecuador y olivia).

Al culminar la guerra de Independencia, se instalaron en el poder las grandes familias acaudaladas y los Presidentes desde entonces utilizaban el modesto poder militar que tenían, para asegurar la supervivencia de esa clase que comenzó a dominar al grueso de la población. A mediados del siglo XIX Venezuela comienza a producir café; sin embargo, se tenía desde la época de la colonia una cultura mono-productora y este rubro no redundó nunca en un desarrollo significativo de la economía nacional.

Es así como la mayor parte del siglo XIX y el comienzo del siglo XX transcurren aciendo de Venezuela algo así como una hacienda controlada por una clase oligarca, que omentaba el monocultivo del café y oprimía a los desvalidos, primero como esclavos y luego como campesinos sub- pagados.

Venezuela después del petróleo.

Aunque los indígenas y los españoles conocían la existencia del petróleo (Mené, como lo llamaban los indígenas) la explotación de los hidrocarburos comenzó a realizarse a niveles considerables a partir de 1917. Ya para 1904 se había regulado la explotación de hidrocarburos y se le daba total poder al presidente de Venezuela para que realizara concesiones a las empresas que él considerara convenientes; fijando una regalía de 25%.

Esta ley, que daba facultades extraordinarias al mandatario de turno, fue aprovechada por empresas británicas, las cuales controlaron casi completamente la explotación y comercialización del petróleo venezolano en esta primera etapa.

A partir de 1919, ya finalizada la primera guerra mundial, se comienzan a dar mayores concesiones a las empresas norteamericanas. El interés norteamericano comienza sobre todo al comprender la importancia que tiene a nivel estratégico la energía proveniente del Petróleo y la ubicación geográfica de Venezuela, poseedora de esa riqueza.

Breve Reseña Histórica de los gobiernos de AD-COPEI

Mediante un golpe de estado dado en Octubre de 1945, el partido Acción Democrática –AD- (socialdemócrata) y algunos militares de rango medio, derrocan a un gobierno nacionalista. En unas elecciones realizadas luego de este golpe de estado el escritor Rómulo Gallegos (AD) obtiene la presidencia y se promulga una nueva ley para controlar el negocio petrolero que fijaba en un 50% los beneficios que las compañías debían

entregar al fisco. Aún cuando el partido socialdemócrata se manifestaba "del pueblo", este gran beneficio económico que ofrecía el comercio petrolero no llegó a los sectores de menores recursos quienes abandonaron los campos para concentrarse en las ciudades donde se producían los hidrocarburos.

En el año 1948, a pocos meses de haber tomado posesión el Presidente Gallegos, un pronunciamiento militar acabó con el novísimo gobierno "democrático". Este golpe fue ejecutado por los mismos militares que acompañaron a AD en el 45, y se instaló en Venezuela una Junta de Gobierno que tuvo entre sus protagonistas al entonces General Marcos Pérez Jiménez, quien gobernaría Venezuela hasta Enero de 1958.

La dictadura de Pérez Jiménez (1952-1958) transcurrió con un auge en los ingresos petroleros y la construcción de grandes obras públicas que daban al país la sensación de progreso, aún cuando los trabajadores no contaran con garantías constitucionales que les permitieran reclamar sus derechos y luchar por sus reivindicaciones, so pena de ser confinados a prisiones de la "Seguridad del Estado" o hasta perder la vida.

En el período de 1958 hasta 1998, se instala en Venezuela una democracia que respondía a los intereses de los grandes grupos económicos y del imperialismo Yanqui. En esos 40 años ingresó a Venezuela (por venta de petróleo), el equivalente a 15 veces el dinero que se invirtió en la Europa de la post-guerra, con el llamado "Plan Marshall". Pero "15 planes Marshall" sólo sirvieron para profundizar, aún más, la brecha que separaba a los ricos de los pobres. La población venezolana pasó de 7 millones de habitantes en 1958 a 23 millones en 1998.

Rómulo Betancourt (AD, 1959-1964) y Raúl Leoni (AD, 1964-1969) transcurrieron sus mandatos luchando contra los partidos de izquierda y procurando dirigir los recursos financieros provenientes del petróleo a las clases dominantes, para de esta manera mantenerlas conformes con el entonces nuevo sistema de gobierno.

Durante el primer mandato de Rafael Caldera (1969-1974) se intentó incrementar la participación estatal en los beneficios económicos (60%). Sin embargo, este primer gobierno de los socialcristianos (COPEI), simplemente sirvió para consolidar a la burguesía en las diferentes ramas del estado, quienes ya no estaban conformes con sólo participar económicamente sino que penetraron también los órganos de poder, desde donde se tomaban las grandes decisiones.

El primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979) vino junto a un período de altos precios petroleros que redundaron en grandes ingresos económicos para Venezuela y al aumento de un populismo descarado que llevó a Pérez hasta a regalarle un barco a Bolivia (que no tiene salida al mar) mientras los venezolanos más pobres padecían de hambre.

Se "nacionalizó" la industria petrolera, comprando refinerías viejas a precios de nuevas e indemnizando a las grandes empresas norteamericanas con astronómicas sumas de dinero. La clase trabajadora nunca se benefició de esta nueva etapa de la industria principal, pero sí lo hizo una nueva casta de "tecnócratas" que convirtieron a la empresa

petrolera nacional (PDVSA) en un estado dentro de otro estado; Tecnocracia fue un término que usaban los grandes gerentes de la petrolera nacional para definir el tipo de gobierno que ellos querían implantar dentro de la estructura organizativa de la empresa.

La década de los 80 llegó con altos ingresos petroleros y grandes crisis económicas. Fue en la etapa de mayor bonanza petrolera cuando Venezuela se endeudó más y cuando grandes crisis económicas llevaron a la población a sentir la explotación de un sistema capitalista que se aprovechaba de grandes recursos económicos sin realizar una justa distribución de la riqueza. Es así, como en Febrero de 1989, luego de radicales medidas neoliberales, impulsadas por Carlos Andrés Pérez (segundo gobierno), el pueblo venezolano sale a las calles a buscar los alimentos que no podía conseguir por no tener dinero. El pueblo llenó las calles, primero de gente y luego de sangre. Por órdenes "presidenciales" los militares salieron a "resguardar el orden público", es decir, a matar al pueblo para preservar los bienes de los capitalistas.

Esta primera gran crisis, vivida en un país con grandes recursos económicos y con un 80% de población en condiciones de pobreza, desencadenó un despertar colectivo que aún en nuestros días está intentando canalizarse. Venezuela sigue siendo un país estratégico, principalmente por sus recursos energéticos, sin embargo, esa población históricamente oprimida está entendiendo cada vez más que su mayor riqueza no yace en su subsuelo sino en las profundidades de sus ideales, de sus acciones y de su unidad como clase.

Cómo Surge Chávez.

A principios de los años 80, cuando se acercaba Venezuela a la conmemoración del bicentenario del natalicio de Simón Bolívar (1783-1830), los órganos de inteligencia militar ya conocían de la existencia de un grupo de oficiales jóvenes que hablaban dentro de los cuarteles sobre las ideas de Bolívar y de un nacionalismo naciente pero sin ideales muy consolidados. En Febrero de 1989, mientras los barrios pobres bajaron de los cerros de Caracas y otras ciudades venezolanas, algunos de estos militares "revolucionarios" comprendieron que el uso de la fuerza armada para reprimir a un pueblo hambriento no debía seguir siendo el sostén de una dictadura bipartidista disfrazada de democracia.

Es importante hacer notar que, a diferencia de algunos otros países latinoamericanos, las fuerzas armadas venezolanas reciben muchos aspirantes provenientes de familias de pocos recursos económicos, en parte porque la academia militar ofrece: sueldo, comida y hospedaje. Por el contrario, las universidades (en el mejor de los casos) sólo dan comida a sus estudiantes y muchos no pueden costear el resto de las necesidades.

El hasta entonces desconocido Teniente Coronel del Ejército Venezolano, Hugo Chávez Frías, hijo de maestros de escuela, era parte de aquel grupo de oficiales disconformes con la "democracia" bipartidista. Comandó en 1992, junto a otros tres compañeros, una insurrección militar que buscaba derrocar al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, y -según dijeron luego- colocar en el poder a una Junta Cívico Militar de gente "notable" quienes condujeran al país por nuevo rumbo.

Esta rebelión militar falló en Caracas (donde Chávez tenía el comando general de la acción), aún cuando fue exitosa en otras ciudades importantes del país.

A media mañana del día 4 de Febrero de 1992, luego de varias horas de enfrentamiento, Hugo Chávez, acordó hablarle al país en vivo y en directo, para pedirle a sus compañeros que depusieran las armas y asumir su responsabilidad por la fallida acción golpista.

Las palabras de Chávez fueron recibidas con esperanza por la mayoría de la población, quienes a pocas semanas del fallido golpe, apoyaron en por lo menos 70% (según encuestas de la época) aquella insurrección militar. El ex presidente socialcristiano Rafael Caldera, en alocución al Congreso Nacional describió esta situación diciendo: "No se le puede pedir al pueblo que apoye a la democracia si ésta le entrega al Fondo Monetario Internacional el país que ellos sienten como propio"; analistas políticos dicen que este discurso acomodaticio que hizo Caldera le hizo ganar las elecciones presidenciales siguientes (1994-1999). Chávez ha dicho que Rafael Caldera fue un "hijo no deseado" del golpe del 92.

Luego de la rendición pública de Chávez, cuando dijo en sus primeras palabras: "Compañeros, por ahora hemos fallado…", hubo un apoyo casi inmediato a la figura del líder insurreccional; el pueblo no había visto (por lo menos en la historia reciente) a un hombre asumir su responsabilidad por algo que había hecho. Chávez fue detenido y nunca se supo más de él, hasta que Caldera, luego de ganar su segunda elección (1994), le dejara libre por un sobreseimiento de causa.

Desde que Chávez salió de prisión y hasta el día en que ganó las elecciones residenciales (Diciembre 1998), recorrió cada rincón del país, explicando sus ideas de reformas constitucionales, etc. Aún sin tener un discurso decididamente antiimperialista, el pueblo sentía que era un paso adelante en la lucha que venía librando contra un sistema que

históricamente lo había oprimido. Chávez se piensa como la encarnación de los anhelos del pueblo, sin embargo, no hay mucha claridad en sus ideas de cuáles son las verdaderas necesidades de la gente. Luchar por los oprimidos sin luchar contra los opresores parece no ser la vía de liberación de una clase que aún mantiene sus esperanzas puestas en este "proceso".

El Golpe de Abril de 2002.

Las primeras medidas tomadas por el gobierno de Chávez que vulneraban algunos intereses de los grupos económicos dominantes (Ley de Tierra, Ley de Hidrocarburos, Ley de Pesca, entre otras leyes redactadas por el Poder Ejecutivo, con autorización del Poder Legislativo), activaron la determinación de derrocar al gobierno de Hugo Chávez. Con la aprobación de la administración Bush, la oposición venezolana activó una serie de paros patronales y otras acciones que buscaban la desestabilización del gobierno.

En Diciembre de 2001, se realizó el primer paro patronal que posiblemente sirvió de abreboca a la medición de fuerzas que la oposición deseaba realizar antes de capitalizar el intento de derrocamiento del gobierno de Chávez. Eran frecuentes las visitas de dirigentes opositores a la ciudad de Washington y los grandes medios de comunicación venezolanos reseñaban dichas visitas como la demostración del apoyo que tendrían estos líderes en sus planes para sacar a Chávez del poder. Desde aquel entonces, Chávez recomendaba a sus oponentes que si querían verlo fuera de la presidencia intentaran activar el referéndum revocatorio contemplado en la Constitución Bolivariana, pero los opositores alegaban que "el país no podía esperar tanto" (se podía consultar al cumplirse los tres primeros años de gobierno, en Agosto de 2003).

Los primeros meses del año 2002 transcurrieron con algunas marchas programadas tanto del lado opositor como del lado oficialista, mientras los opositores esperaban el momento justo para realizar el golpe de estado.

Ellos pedían la "renuncia" del presidente, pero para forzarlo a dimitir intentaban crear un clima de ingobernabilidad que nunca lograron. Sin embargo, Chávez provocó una crisis en la industria petrolera "nacional" (PDVSA), altamente ligada a las grandes corporaciones norteamericanas, sobre todo por su dependencia tecnológica e informática. Intentó colocar una Junta Directiva que respondiera a los "intereses de la nación" y esto creó un clima de descontento dentro de los "tecnócratas" que dominaban las operaciones de PDVSA.

Esta primera crisis petrolera desencadenó una reacción en cadena que era esperada por los planificadores del golpe de estado. El día Jueves 11 de Abril, luego de varios días de "lockout" patronal, que incluía a los medios de comunicación (habían dejado de transmitir su programación habitual por tres días seguidos y sólo informaban sobre las manifestaciones opositoras que buscaban la renuncia del presidente), se convocó a los opositores para una concentración a las puertas de la empresa petrolera.

Al ver la cantidad de personas que habían acudido al llamado, los dirigentes opositores -incluidos Pedro Carmona, presidente de la patronal FEDECAMARAS y Carlos Ortega, dirigente socialdemócrata y presidente de la central de trabajadores CTV- pidieron a sus seguidores llegar hasta el palacio presidencial de Miraflores para solicitar la renuncia Chávez.

El palacio de Miraflores estaba rodeado de simpatizantes del presidente Chávez y se preveía una confrontación de pueblos que nunca llegó a ocurrir. No obstante, francotiradores dispararon contra gente de ambos bandos, antes de que se encontraran estos grupos. Posteriormente, una serie de pronunciamientos de altos oficiales de las Fuerzas Armadas – comprometidos con el golpe- salieron en los canales de TV privados, solicitándole la renuncia a Chávez y responsabilizándolo por los hechos ocurridos.

La breve dictadura que se impuso en los días siguientes (12 y 13 de Abril), reprimió a muchos líderes populares que apoyaban a Chávez. No habían noticias acerca del paradero del depuesto presidente y ministros, diputados, gobernadores y otros representantes oficialistas, eran sacados a la fuerza de sus casas y sitios de trabajo.

Se activó una represión brutal que no duró mucho, pero que hizo mucho daño. La embajada de Cuba fue rodeada por un gran número de opositores quienes reclamaban que no le dieran asilo a los depuestos gobernantes.

Esta muchedumbre cortó los servicios de la embajada (agua, luz, teléfono, etc.) con la mirada complaciente de la máxima autoridad municipal, quien se encontraba en el lugar intentando servir de "mediador" (solicitaba al embajador cubano que le permitiera inspeccionar la embajada para asegurarle a sus seguidores que no había ningún asilado dentro, contraviniendo todas las normas internacionales). Luego se pudo demostrar que dentro de la embajada cubana no había ningún dirigente del depuesto gobierno, simplemente la mafia Cubano-Venezolana (íntimamente ligada a la de Miami) intentaba aprovechar la coyuntura para confrontar a Fidel Castro de alguna manera.

Las masas populares bajaron nuevamente de los cerros. Al principio solicitaban ver a Chávez para saber si en realidad había renunciado (noticia que era repetida una y otra vez por los medios de comunicación privados, pero desmentida luego por el mismo Chávez). Luego, usando como medios de información los teléfonos y los motociclistas (quienes servían de mensajeros), la muchedumbre disjohnada por varios sitios de Caracas y de otras ciudades del interior, comenzó a rodear los cuarteles militares para solicitar la acción de las fuerzas armadas en contra de la ruptura del orden constitucional.

Esta acción valiente de la gente desarmada, rodeando los cuarteles, sirvió para subir la moral de los soldados de bajo rango y de algunos oficiales. Fue tomado el control del palacio de Miraflores y de otros importantes fuertes militares; provocando luego la negociación que finalizó con el rescate del presidente Chávez. Cuando Chávez arribó al palacio presidencial, procedente de una isla en donde había estado detenido las últimas horas, una gran masa de pueblo le esperaba.

El regreso de un Chávez conciliador, quien llamaba a la paz y a la "unidad", fue el principio de una nueva conspiración. Al perdonar a los "tecnócratas" petroleros les dio la oportunidad de seguir conspirando en su contra, preparando desde entonces el paro petrolero vivido después (Diciembre 2002-Febrero 2003).

Ni el posterior paro petrolero nacional, ni los siguientes intentos desestabilizadores (desabastecimiento alimenticio, paramilitares, etc.) parecen convencer definitivamente a Chávez que el rumbo debe ser definido ideológicamente, antes de pretender neutralizar a los grandes grupos económicos –nacionales y extranjeros- con pequeñas concesiones económicas que se les puedan dar. Debe ser tarea de ese pueblo que lo ha mantenido en la presidencia, el forzar para que se realicen los verdaderos cambios revolucionarios que se requieren, si se desea luchar verdaderamente contra un sistema insostenible como el que hoy impera en el mundo.

El Movimiento que Surge a Raíz del Golpe.

Desde ese momento surge un movimiento popular para defender las conquistas que han logrado bajo bajo el gobierno de Chávez. La gente se empieza a organizar en todos los niveles, surgen organizaciones en los barrios populares (no masivamente) y a nivel estudiantil, fundamentalmente los universitarios, todas estas organizaciones realizan un trabajo relativamente coordinado en los diferentes barrios.

Esta es la respuesta espontánea, hasta cierto punto, que se han dado los trabajadores y los jóvenes frente a los continuos ataques de la oposición, o como ellos mismos plantean, son los hijos no deseados de la reacción.

El más descarado de estos ataques (en el último mes) son los paramilitares traídos de Colombia, que tenían como tarea organizar atentados terroristas y sembrar el caos en diferentes partes del país y cuyo fin último era asesinar al presidente Chávez. Los mismos empresarios y oligarcas venezolanos que promovieron esto se declaran fervientes patriotas sin que se les mueva un músculo de la cara.

Ante el fracaso del golpe de estado y de la importación de mercenarios colombianos, ahora se acuerdan de la "democracia" y de la constitución, por supuesto de demócratas no tienen nada, solo quieren ganar tiempo para desgastar el movimiento popular y minar el apoyo a Chávez y la transformación social que él representa para millones de venezolanos.

El Referendo "Aprobatorio" Según los Trabajadores (para la oposición revocatorio).

Lo primero que hay que decir es que la realización de este referendo se aprobó sobre la base de un enorme fraude montado por la oposición, por "los demócratas de siempre", que hicieron aparecer mas de 11 mil firmas de personas que llevan más de una década fallecidas, "hasta ultima hora estuvieron sacando muertos" dijo jocosamente Chávez por televisión el miércoles 9 de junio.

Pero por otro lado los trabajadores y sectores populares que en un principio se opusieron al referendo que se realizara el 15 de Agosto, ahora ven en él la posibilidad de ratificar a Chávez en el gobierno, para que éste profundicé los cambios sociales que los benefician.

Los empresarios y oligarcas ya están jugando todas sus cartas para ganar el referendo. Una de las primeras maniobras de la oposición pasa hoy por provocar el esabastecimiento de alimentos de primera necesidad, para esto están impulsando el acaparamiento entre sus adeptos, su intención es provocar un clima de descontento y confusión entre los trabajadores y de esta manera minar su resistencia.

El gobierno a su vez esta intentando contrarrestar estas maniobras, por ejemplo acaba de anunciar la importación de 100 mil vacas desde Brasil para este año, de las cuales acaban de llegar 979 que seran entregadas por el presidente Chávez a los pequeños productores pecuarios, la idea es fortalecer la producción lechera. Las vacas hoy no están en manos de los campesinos pobres y esto les permite a los oligarcas jugar con la producción de leche y carne e intentar someter al pueblo por el hambre.

Pero viendo el ánimo de las masas en los barrios populares y en la calle, la oposición no tiene ninguna posibilidad de ganar el referendo, a lo más que puede aspirar es a que su derrota (la octava para ellos, desde que Chávez esta en el poder) no sea demasiado contundente, como para poder reclamar una cierta representación y tratar de seguir negociando y retrasando los cambios desde esa posición, esperando mejores tiempos para dar un nuevo golpe contra los trabajadores.

Dado esa situación se esta empezando a entrever la posibilidad de que la oposición no se presente al referendo dando miles de excusas, que Chávez esta organizando un fraude por exigir que existan cedulas de identidad modernas y que el voto sea digitalizado.

Lo que está claro es que la oposición no tiene ninguna posibilidad de ganar el referendo, a no ser que haga fraude y una derrota demasiado contundente, los dejará muy mal parados para las elecciones municipales y estatales que se realizaran a finales de septiembre.

Por otro lado los sectores populares no se habían dotado de una organización permanente hasta el golpe de abril de 2002 y tampoco es demasiado generalizado que digamos. El grueso de los sectores populares sólo reaccionan y salen a las calles cuando Chávez se los pide o cuando ellos lo han creído necesario como fue el caso ante el golpe.

Las masas siguen confiando demasiado en Chávez, aunque no tanto en el MVR (Movimiento Quinta Republica), este es el "partido" donde se agrupan todos los que apoyan a Chávez, habría que decir que entre sus integrantes hay antiguos representantes de los dos partidos que por décadas aplastaron a los trabajadores y que claramente juegan un rol de freno a la hora de profundizar los cambios que los sectores populares exigen, además de que Chávez tampoco quiere ir más alla de lo limites del capitalismo.

El gobierno de Chávez es demasiado personalista y paternalista, él es el único que sabe lo que necesita el pueblo y como militar le gusta dar órdenes y estas por supuesto no se discuten o sólo se discuten entre los "jefes".

Lamentablemente el grueso de los trabajadores todavía no se decide a tomar el destino en sus propias manos y están esperando que las soluciones le lleguen desde arriba.

Las Conclusiones que Estan Sacando el Movimiento Popular.

Lamentablemente habría que decir que los marxistas, de esos que se creen profesores, los únicos que saben que hacer, se sienten muy cómodos con alguien como Chávez y en vez de ayudar a los sectores más de avanzada a sacar conclusiones revolucionarias, se dedican a resaltar la figura de Chávez. No plantean críticas hacia sus políticas o su forma de gobernar, con lo que finalmente terminan ayudando a los sectores más reaccionarios del Movimiento Quinta Republica.

Obviamente en Venezuela estamos frente a un proceso revolucionario, pero hablar de revolución a secas no es lo más correcto, debido a que no hay cambios de fondo en las estructuras del estado burgués.

Los partidos que Chávez tanto critica eran los que antes decidían que hacer y designaban a dedo a los que debían llevar a la practica sus decisiones, eso rol lo juega hoy el "compatriota" presidente.

Por otro lado, dado el manoseo que ha hecho Chávez y el movimiento en general de la palabra revolución, han logrado vaciarla de contenido. Todo el mundo es "revolucionario" en Venezuela, incluso los sectores más de derecha del MVR.

Por suerte ya hay trabajadores y jóvenes que empiezan a entender que dentro de los límites del capitalismo no existe ninguna posibilidad de mantener las conquistas logradas hasta ahora y menos todavía la posibilidad de profundizarlas.

Algunos trabajadores ya están cansados de tratar de llegar a acuerdos con la oposición o como ellos mismos dicen "ya no se puede seguir viviendo así, ellos no entienden razones, hasta cuando vamos a seguir tratando de conciliar con ellos y dándoles explicaciones, ahora llego la hora de darles plomo".

Basta de negociaciones y conciliación de clases, esta debiera ser la consigna central que levanten los trabajadores y el movimiento popular en su conjunto.

Si Venezuela no avanza hacia la revolución socialista, inevitablemente le dejara las puertas abiertas a la reacción burguesa.

Hasta ahora los sectores burgueses, que son los principales enemigos del proceso, son los que mejor comprenden hacia donde los puede llevar este camino. Por esto mismo lo han intentado todo, golpe de estado incluido, el problema para ellos es que hasta ahora todo les ha fallado.

Llego la Hora de las Milicias Populares

Los trabajadores deben pensar seriamente en formar milicias populares, no simbólicas y sin armas. Una milicia desarmada no sirve de nada, esto es algo que tienen grabado a fuego los trabajadores chilenos que durante la Unidad Popular (UP), crearon milicias en sus lugares de trabajo y se entrenaban con palos simulando que eran armas.

Los dirigentes de la UP les habían dicho que no se preocuparan porque las armas estaban y llegarían a sus manos cuando fuera necesario, todavía las están esperando, parece que sus dirigentes se las llevaron a las embajadas donde arrancaron.

Miles de trabajadores chilenos fueron asesinados, cientos de miles encarcelados y torturados, la oposición derechista se sacó todo el odio acumulado, cuando vieron a los trabajadores desarmados y derrotados.

Cual es la Tarea de los Marxistas.

Cualquier concesión que se haga a Chávez y su camarilla, se convertirá en una traición al movimiento popular. Por supuesto no se trata de hacer una crítica destemplada al Presidente, pero sí explicar pacientemente que es lo que debería hacer si quiere defender los intereses de los sectores populares.

Una primera tarea debe ser acompañar y ayudar a los sectores más avanzados a sacar las conclusiones a las que ya están llegando intuitivamente.

Debemos explicar la necesidad que tienen los trabajadores de construir un partido que les pertenezca y que sea verdaderamente revolucionario.

Es necesario armar a los trabajadores con un programa de clase, que plantee claramente la construcción de una nueva sociedad más justa y democrática, o sea, una sociedad socialista.

La clase trabajadora necesita fortalecer sus propias organizaciones para enfrentar esta amenaza llevando adelante su revolución. Ahora los Círculos Bolivarianos deben ampliarse urgentemente e incluyendo delegados elegidos en todos los lugares de trabajo y en las comunidades locales. Todos los representantes deben estar sujetos a la revocación inmediata por parte de las asambleas de trabajadores que los elijan. Las bases del ejercito organizados en comités de soldados deben comenzar a sacar a todos los funcionarios que apoyan a la reacción, instaurando un sistema de elección de delegados de los soldados. Estos comités deben unirse en cada distrito y ciudad, a nivel regional y nacional. Para conformar la base de un nuevo gobierno de trabajadores y campesinos. Las grandes compañías, los bancos y las instituciones financieras nacionales y multinacionales deben ser nacionalizadas bajo el control y administración democrática de los trabajadores. Debe ser levantado un plan económico de emergencia. Es necesario armar a los trabajadores con un programa de clase, que plantee claramente la construcción de una nueva sociedad más justa y democrática, o sea, una sociedad socialista.

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